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La frecuencia de varios transportes públicos se redujo, en promedio, más del 50% el primer día del año 2017. Quedaron así desamparados los ciudadanos de a pie que debieron soportar largas esperas de los colectivos que les lleven a sus lugares de trabajo, a sus hogares, o para los que tuvieron la intención de aprovechar el día feriado para visitar a algún pariente en Asunción y Gran Asunción.
Las calles de la capital y alrededores estaban vacías a primeras horas de la mañana, una estampa que se mantuvo a lo largo del día. Varios empleados de tiendas abiertas en feriado como supermercados, trabajadores del sector gastronómico y hotelero, o del área de la salud, como hospitales y farmacias, llegaron a sus puestos más tarde de lo acostumbrado debido a la falta de transportes.
Esta situación se repite todos los feriados, por lo cual miles de empleados optan por adquirir motocicletas, que les aseguran tener un medio de transporte disponible, pero que traen aparejado el peligro constante de accidentes de tránsito con consecuencias nefastas que van desde lesiones psicomotrices permanentes, apuntaciones y en el peor de los casos, hasta la muerte.
Según datos del Ministerio de Salud, a nivel país más del 47% de los siniestros viales es protagonizado por motociclistas. En tanto que en el área de capital, en el 60% de los percances se halla involucrado una moto.
Un reciente estudio de Investigación para el Desarrollo sobre “Accidentes de tránsito y su impacto socio – económico en la familia”, indica que el periodo de recuperación de un accidentado, ronda los tres meses y que el 58% de ellos no volvió a realizar actividades laborales remunerativas y los restantes no volvieron a desempeñarse en sus áreas de trabajo a la que pertenecían antes del accidente. El gasto promedio en el periodo posaccidente es de más de G. 13.000.000 financiados por el grupo familiar y solidario de sus vecinos.
El déficit de frecuencias de los transportes públicos, además de afectar a los trabajadores y las familias, también afecta considerablemente a las personas de la tercera edad, cuya salud está en riesgo por el excesivo calor que soportan durante las largas esperas.