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Recuerda que cada tarde salía a pasear plácidamente por el barrio porque casi no había tráfico y todos se conocían. Con cinco cuadras llegaba al Parque Carlos A. López en Sajonia y con ocho cuadras estaba en la calle Palma.
Menciona que destacadas y conocidas familias de Asunción poblaron el sector y se encontraban en la bulliciosa Plaza Italia –que ha quedado fuera del barrio–. Estaban los Gorostiaga, Ricciardi, el doctor Alejandro Encina Marín. Sobre Tercera vivía Moncho Azuaga y la pintora Lotte Schulz, sobre Alberdi.
La arquitecta María Gloria Jiménez agrega que el barrio General Díaz era conocido como el “barrio Italiano” por los nombres de calles y viviendas de un estilo italianizante con su art decó modesto, muchos construidos por constructores de esa nacionalidad.
En el barrio -menciona- que es muy importante la Escuela Graduada Nº 5 “General Díaz”, una de las más antiguas de Asunción, y que muchos creen dio su nombre al barrio. De hecho, importantes personalidades surgieron de sus aulas.
Atrás estaba el Liceo Militar Acosta Ñu, hoy Escuela de Comercio Número 1.
Había almacenes bien fornidos en el barrio, uno de ellos concurrido por el poeta Carlos Miguel Giménez, quien lamentablemente quedó ciego y vivió de la caridad de los vecinos.
Una personalidad inolvidable cuya casa se mantiene aún en pie en Alberdi y Primera es la del Cap. Juan Belaieff, de origen ruso y gran protector de los indígenas. “Todas las tardes íbamos hasta su casa para observar las danzas de los indígenas que siempre estaban allí porque él era un antropólogo que los protegía”, dice María Gloria Jiménez.
Su hermano, el arquitecta Marcial Jiménez, apunta que el barrio se formó sobre una de las grandes propiedades que había adquirido el Estado Paraguayo y le cedió a la Municipalidad de Asunción para que hiciera un loteamiento y vendiera en cuotas a los primeros moradores de la zona para ir poblando la ciudad.