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¡Se terminaron las vacaciones! Y el sonar de las campanas y timbres a las 7:00 en punto, en las 7.200 instituciones educativas a nivel país, anunciaron el inicio del año escolar 2018.
Las escuelas República de Cuba y Juan Ramón Dahlquist de Asunción esperaban a sus alumnos con el desafío de convivir con el polvillo, la suciedad y el ruido propios de una obra de construcción (o refacción). En la primera institución, las aulas estaban sucias y las paredes con humedad y olor insoportable. Las sillas y mesas todas encimadas en un rincón. ¿Ndeee, ahora dónde vamos a estudiar? fue la pregunta de un alumnito del 9º grado al echar un vistazo a lo que debía ser su “rincón de estudio”. En tanto que en la segunda fue peor. Un grupo tuvo que rendir bajo un caluroso tinglado y soportando los fuertes martillazos de las obras. Ni siquiera contaban con baños.
En las escuelas República Oriental del Uruguay, ubicada sobre la avenida Santísima Trinidad de Asunción; Brasil, ubicada en el microcentro de la capital; Clara Piacentini de Cacace y Santa Ana del Bañado Sur, todos de Asunción, el ambiente fue festivo. Aplicaron la frase: “si hay pobreza que no se note”, la limpieza y el decorado le dieron otra cara a la necesidad que no empañó el primer día de clases de los chicos. El Ministerio de Salud envió vacunadores.
“Tormenta de necesidades”
El ministro de Educación Raúl Aguilera admitió que se iniciaron las clases en medio de “tormentas de necesidades”, ya que las obras continúan en algunas instituciones mientras que, en otras, solo hay esperanzas de que los techos no caigan. En 70 instituciones, las clases no se iniciaron debido a obras. Los kits escolares no llegaron en 700 escuelas de Alto Paraná, Caaguazú, Amambay y a zonas de Alto Paraguay.