Entre el aroma del pan y el art decó paraguayo

En las calles del barrio General Díaz, fondeadas por un modesto art decó “paraguayo”, se expandía el aroma del pan recién horneado. Los italianos y judíos le dieron vida a este sector capitalino luego de la Guerra contra la Triple Alianza y lo convirtieron en el barrio residencial del Centro.

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En la calle Chile y Lugano existen dos viviendas gemelas que bien podrían corresponder a los dúplex de hoy día. Sendas placas de mármol indican la numeración y en uno de los portones se lee “Villa Clara”. Era la casa de Clara Siseles y David Schvartzman, ambos judíos descendientes de rusos.

“Llevo ochenta años en el barrio. Hasta los cinco años vivíamos en la calle Tte. Fariña y Tacuary pero mis padres decidieron que debíamos mudarnos a un lugar más tranquilo porque con cada lluvia nos invadía el raudal y no nos dejaba dormir el tranvía que iba y venía por Tacuary”, recuerda el Dr. Isidoro Schvartzman, quien habita una de las señoriales residencias.

En su tiempo, recuerda que era una de las pocas casas del sector. El resto eran baldíos sin lotear y la calle Chile no pasaba de ser una picada sin pavimento. Sin embargo, era una zona residencial más tranquila para vivir.

“No había problemas en el barrio y la mayor virtud era la familiaridad y seguridad. Todos eran propietarios, por tanto la gente salía con sus sillas a las veredas a compartir mate y charlas del atardecer en medio de mucha cordialidad y sin necesidad de cerrar las puertas. Era un barrio muy céntrico y lindo para vivir”, memora.

Pluralidad y humanismo

Otro oriundo del barrio es el dibujante Toni Roberto Godoy quien destaca las condiciones de pluralidad y humanismo que reinaban en el barrio donde convivían armónicamente diversas colectividades extranjeras, entre italianos, judíos y árabes. Incluso, a un sector se lo llamaba “barrio Palestina”, título que adoptó Susana Gertopán para su novela.

Entre las cuestiones pintorescas que marcaron la vida del paraje, el artista menciona que en unas cuatro manzanas entre 25 de Diciembre (Ygatimí), Alberdi y Segunda (Milano) había estado el Cementerio Español. Este camposanto fue clausurado en 1921 para trasladarse a La Recoleta. “De chico escuchaba siempre que vivíamos sobre un viejo cementerio y aprendí a convivir con los llantos que parecían escucharse por las noches. En esto coincidían otros vecinos”, dice Roberto.

En Alberdi y Segunda también funcionó la “carrería” municipal. Eran galpones de elevada muralla perimetral desde donde salían las carretas tiradas por mulas que prestaban el servicio de recolección de basura. Llevaban la carga al “horno de basuras” en las inmediaciones de Tacumbú.

“Lastimosamente la gente no acostumbraba tener registros fotográficos del barrio y aquello solo quedó en nuestras mentes. En algunas fotografías familiares se puede notar apenas como telón de fondo”, lamenta.

Era característica del barrio, asimismo, las panaderías todas muy cercanas: “General Díaz”, “Asuncena”, “Pappalardo”. Roberto dice que su abuela siempre contaba que frente a las panaderías, tras la Revolución del 47, podían verse largas filas de gente esperando comprar pan por la escasez de harina.

De la revolución, Schvartzman recuerda que la cercanía del barrio hacía que al estallido de las primeras balaceras la gente del Centro cerrara sus negocios y se refugiara en sus casas adonde llegaban en cinco minutos.

El Mercadito

Una gran novedad para el barrio fue la habilitación del Mercadito Municipal Nro. 1 sobre Independencia Nacional casi Teniente Fariña. Fue inaugurado el 15 de agosto de 1940 por el presidente de la República Gral. José Félix Estigarribia y el intendente municipal Fernando Cazenave, según el libro “Historia Edilicia de Asunción”, editado por la Comuna.

Momentos antes de la inauguración empezó la demolición del viejo Mercado Central o Plaza Guazú que funcionaba frente al hoy Hotel Guaraní. “Recuerdo que íbamos a ese mercado a tomar aloja y luego a jugar en la plaza. Mirábamos a las mujeres que iban todas con polleras largas y tenían sus burros para llevar cosas”, dice Schvartzman.

Los orígenes En 1889 la antigua “Calle de la Justicia” (luego “Tebicuary”) fue denominada “General Díaz”, en homenaje al héroe de Curupayty. Tal vez esto hizo que el barrio que empezaba al terminar el centro en la calle “Bermejo” (hoy Haedo) pasara a llamarse “General Díaz”.

Aparece por primera vez en el mapa “Asunción y suburbios” de 1908 junto con los barrios Cachinga, Yqua Sati y Sanson Cue. Este mapa de Alonso Criado lo rescata Gustavo Laterza Rivarola en el Álbum Histórico Geográfico del Paraguay. Un intendente de origen italiano que ocupó el cargo en forma excepcional en 1910, dice Luis Verón, fue Carlos Stefano Balmelli Ravaglio. Dispuso la nomenclatura de varias calles recién abiertas con los nombres de ciudades como Sicilia, Roma, Milano y Lugano, su ciudad natal. En el sector se instalaron inmigrantes italianos reubicados de Colonia Trinacria, hoy General Aquino, departamento de San Pedro.

Laterza en su libro “Asunción y su comarca” explica que a fines del siglo XIX “otros barrios comenzaban a formarse en la periferia y a atraer la atención de los especuladores inmobiliarios y empresarios del transporte, entre ellos los que ya entonces se conocían como Vista Alegre, Ciudad Nueva, Salinares y General Díaz”.

pgomez@abc.com.py Fotos: Diego Fleitas y Roberto Zarza

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