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En setiembre del año pasado surgió una alerta ante la denuncia de que numerosos pacientes se intoxicaron con medicamentos que contenían dextrometorfano contaminado. Al finalizar la crisis se contabilizaban oficialmente 47 intoxicaciones, todas de niños.
Una autopsia confirmó luego que uno de esos medicamentos produjo la muerte de Giselle Vera, una niña de cuatro años, oriunda de Concepción. Ante esta situación, el Ministerio de Salud Pública suspendió el pasado 14 de diciembre al laboratorio, tras verificar las anormalidades en la elaboración de los fármacos y falencias en el control de calidad.
La suspensión, se dijo entonces, era “por tiempo indefinido”. Incluía la imposibilidad de importar, exportar o comercializar los productos.
A un mes de aquella sanción, la directora de Vigilancia Sanitaria, Dra. María Auxiliadora Vargas, explicó los motivos por los cuales se levantó. “(El laboratorio) demostró desde el punto de vista técnico el cumplimiento de todas las observaciones realizadas por esta cartera de Estado para garantizar la calidad de los fármacos”, indicó.
La profesional argumentó que tras una nueva inspección, se comprobó que Indufar mejoró sus procedimientos operativos estándares para garantizar la calidad de los productos, modificó todas sus técnicas y además adquirió nuevos equipamientos, sobre todo para el área de control de calidad.
Vargas resaltó que en caso de que el laboratorio vuelva a incurrir en anomalías en la elaboración y fabricación de medicamentos, será nuevamente sancionada. Esta frase motivó muchas críticas en las redes sociales.
Un caso comprobado
El pasado 13 de diciembre una niña de cuatro años falleció a consecuencia del consumo de un medicamento, según el resultado de una autopsia practicada hacía dos meses.
El trabajo estuvo a cargo del médico forense de la fiscalía, Pablo Lemir.
De acuerdo a los datos oficiales, la niña que era de Concepción consumió antes de su muerte Mentovick Jarabe.