Cargando...
El encuentro está destinado a los jóvenes y tiene como fin darles herramientas, consejos que puedan utilizar para mejorar su vida y su entorno. El propósito es entrenar a líderes de manera que puedan multiplicar actitudes positivas de liderazgo, de empoderamiento. Y esto, dice Marisa, tiene que ver con la cultura de cada país, con la educación recibida en la casa. “Cuando hablamos de machismo, hablamos de enseñanzas que pasan de generación en generación y esos ejemplos hay que revertir. La mujer tiene que valorarse. Por ejemplo, si ella hace un trabajo, se merece un salario acorde. El problema de la equidad salarial es una situación que se da nivel mundial, no solo afecta a Latinoamérica. No hay más por menos”, sostiene con firmeza la emprendedora social estadounidense; presidenta, además, de Mpowerment Works, una empresa de consultoría especializada en la capacitación para potenciar a la mujer.
Rivera añade que la mujer tiene todo lo necesario para ser exitosa. “Lo que vengo a dar son consejos y responder interrogantes sobre cómo se prepara, tanto física como mentalmente, para lograr el justo equilibrio y ser una líder efectiva, sin estar agobiada. Se puede. Hay que pulir el brillo interior para proyectar brillo al exterior”, expresa.
Su lucha comenzó en casa. “Me críe entre siete varones donde las actividades estaban marcadas y, por supuesto, los varones no podían lavar cubiertos ni barrer o repasar. Eran actividades destinadas exclusivamente a las mujeres y ya yo luchaba porque no fuese así, hasta que finalmente mi madre me dio la razón y las responsabilidades fueron compartidas. Desde pequeña me revelé. Era una guerrera y vale la pena luchar”, comenta con una sonrisa.
Al referirse a la educación manifiesta que hay que mirar que está pasando con la sociedad. “En la educación hay que involucrar a los hombres. El rol es compartido, es un trabajo sostenido, con charlas, sobre consejos acerca de las actitudes correctas. La actitud del hombre de poseer a la mujer y hacer con ella lo que quiere, es algo que debe acabar. Hay que trabajar con ellos y hay que entender como cultura que tanto el hombre como la mujer pueden ser proveedores del hogar”.
Menciona que en los Estados Unidos solo el 19 % del Congreso está compuesto por mujeres. “Esto demuestra que las problemáticas son las mismas en el mundo. En Paraguay, hay un 16% de mujeres en el Parlamento. Antes éramos 0%, después fuimos 5% y así fuimos progresando, poco a poco. No hay que decaer... Para lograr adquirir el mismo nivel salarial que los hombres, van a pasar unos 70 años ¿quién va a esperar!”, exclama.
Añade que se necesitan leyes nuevas y una activa participación, además de capacitación para el liderazgo y la negociación.
Señala que las mujeres deben saber que sí se puede. “No deben quedarse calladas, ser cómplices de situaciones que denigran. O somos parte de la solución o del problema. Se requiere de preparación, apoyo de hombres y mujeres. Nosotras somos mayoría en el mundo, somos el 51% de la población. En Paraguay, la mitad son mujeres. Un país pierde cuando no nos involucran. Tenemos inteligencia, pasión, compromiso. Nos faltan oportunidades”, concluye Rivera.