“Aquí tenemos todos los pescados que quieran consumir los clientes. Además, nuestros precios son más baratos que los de Mariano Roque Alonso”, nos dijo Fidelina Fernández.
La vendedora nos invitó a entrar en su puesto de venta donde tiene cinco congeladoras horizontales repletas de pescados de todas las especies.
Había surubíes de ocho, 10 y hasta 15 kilos, que según indicó, son muy requeridos. En este momento hay abundancia, y se podía notar que todos están congelados y el deseo de las trabajadoras era comercializar para mejorar sus ingresos. El surubí ofrecen a 35.000 guaraníes el kilo. “Allá en Roque Alonso es a 40.000”, indicó.
Los pescados son cortados o filetados de acuerdo al pedido de los clientes. “Estamos cerca de Asunción y del centro de Lambaré y creo que muchos no llegan a este sitio para comprar porque no conocen”, apuntó.
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Para llegar al sitio, uno debe ir por la avenida Perón, y a unos 200 metros antes de llegar a la Aduana de Itá Enramada, se dobla hacia la izquierda media cuadra por un camino empedrado. Desde la avenida ya se pueden divisar los pescados que las vendedoras cuelgan para la muestra.
Ña Fidelina explicó que los pescados que ofrecen son los capturados en la noche, y asegura que son frescos, pero falta que “los asuncenos conozcan más este lugar para no ir a comprar el producto desde tan lejos”.
El pacú, por ejemplo, venden a 35.000 el kilo, mientras que patí a 20.000. Hay otras piezas, como el solalinde, que también es bueno para la milanesa.
Para el caldo, en cambio, el mandi’i es lo mejor. Se puede adquirir a 20.000 guaraníes el kilo. El manguruyú tiene un precio especial de 15.000 guaraníes el kilo.
Según Ña Fidelina, esta última especie también sirve para la milanesa, incluso explica cómo se debe cocinar para que el menú sea delicioso.
Otras trabajadoras también tienen sus puestos en el lugar, que cuando llega un cliente se acercan para ofrecer sus productos.
El deseo de las mismas es que los capitalinos, así como los lambareños, conozcan el lugar para no ir tan lejos para consumir el pescado. Los pedidos también se pueden hacer al por mayor porque ahora mismo tienen una buena reserva; además, si los pedidos sobrepasan y se solicita con anticipación, considera que pueden responder con prontitud.
Otro deseo de las vendedoras es mejorar sus puestos de venta, que actualmente son de madera, pero es una idea que puede frutificar con el tiempo y con la ayuda de las entidades crediticias o de la Comuna capitalina.
