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En el basurero que se encuentra a la salida que da al patio de estacionamiento para médicos, se podían observar, guantes usados, jeringas y otros desperdicios hospitalarios que despedían un nauseabundo olor. Tras las jornadas lluviosas del lunes y el martes, el tacho amaneció ayer lleno de agua. Pudimos observar también en los pasillos de cada piso varias bolsas de basura de color amarillo y negro. Las cuales contenían basura de tipo desconocido, que se mezclaban al paso de los cientos de pacientes que acuden diariamente al hospital para consultas.