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Miles de instituciones del país padecen necesidades de infraestructura, mobiliarios y reparaciones.
La repetida estampa de jóvenes y niños dando clases bajo los árboles no es exclusividad de las zonas más vulnerables del interior del país. En plena Capital ocurre lo mismo.
La escuela básica Capitán Mauricio José Troche, ubicada de Asunción, afronta déficit de aulas, mobiliarios y reparaciones.
Los alumnos de la institución no cuentan con aulas debido a la resolución ministerial que aprobó, desde este año, la implementación del programa de extensión de la jornada escolar en el primer y segundo ciclos del nivel de Educación Básica, en instituciones educativas de gestión oficial, privada y privada subvencionada.
Como consecuencia de esta resolución los alumnos del turno tarde coinciden con los del turno mañana, ya que estos continúan en clases, y por ende no cuentan con espacio físico para iniciar su jornada escolar.
Actualmente, tampoco cuentan con pupitres y sillas suficientes.
La directora de la institución, Lorenza Sánchez, indicó que necesitan más de 200 unidades de pupitres.
“Hoy (por ayer) recibimos algunas sillas pedagógicas que adquirí gracias a los fondos que recibimos del MEC por la gratuidad de la Educación Inicial en la institución. Los fondos solo sirvieron para pagar la mitad del costo de cada una (G. 80.000). Ahora tengo que hablar con los padres para buscar alternativas para el pago total. De todos modos nos seguirán faltando unas 200 unidades”, dijo.
Desde el inicio del año lectivo los niños estuvieron dando clases sentados sobre palés de madera para no estar en el piso, y a los adolescentes les proporcionaron sillas de plástico, las cuales no son las indicadas para el desarrollo de actividades escolares.
Más necesidades
La institución también necesita reparar el sanitario de las niñas que tiene pérdidas de agua y está sin puertas. Además, la mayoría de las aulas de la escuela precisan que se remplacen los vidrios rotos de las ventanas, que parecen coladores.
El problema de mobiliarios también afecta a las docentes que no cuentan con escritorios, sillas, ni pizarrones.