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A los 66 años, Nury Armadans de Robadín ya perdió la cuenta de cuántos pesebres preparó. Es una costumbre familiar que me viene de la infancia, cuando mi madre -que era española- hacía uno sobre largas tablas. Para nosotros no es Navidad, si no tenemos un pesebre en la casa.
El montaje de Nury ocupa toda una habitación y está preparado con rocas que forman cuevas y peldaños diferentes que reproducen la ubicación del pueblo de Belén. Junto con las imágenes de medio metro que completan el cuadro hay plantas, ofrendas de pastores, carretas con frutas y verduras.
Por las noches está bien iluminado y mucha gente viene a sacar fotos, especialmente turistas y vecinos, a quienes servimos clericó, comenta.
En nombre del Grupo de Acción Católica enviamos un saludo a todas las familias que habitan este país, aseguró la señora de Robadín, quien es coordinadora de la Pastoral de Confirmación de la parroquia del Perpetuo Socorro.
LA CIUDAD DE BELEN
Varias instituciones públicas y comercios capitalinos también se suman a crear el ambiente navideño en las calles y avenidas de la ciudad. En el patio de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) ya aguarda la Nochebuena el establo que el año pasado obtuvo menciones dentro del concurso Brilla mi Ciudad de Fundapueblos.
En todos los pesebres se mezclan las lucecitas, las imágenes de barro, las casitas de paja y otros elementos que enriquecen la escena del nacimiento.