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“Falta poco para el viaje”, comenzó diciendo en papa Francisco en el audiovisual que se difundió ayer en el Seminario Metropolitano, a pocos días de su visita pastoral a Ecuador, Bolivia y Paraguay.
En un tono sencillo y con el carisma propio del pastor, Francisco sostuvo que su deseo es compartir preocupaciones y manifestar su afecto y la caricia de Dios, especialmente con sus hijos más necesitados, los ancianos, los enfermos, los encarcelados, los pobres, que son víctimas de esta cultura del descarte.
Invitó a los católicos a descubrir el rostro de Jesús, en cada hermano y hermana, en el prójimo. Agregó que solamente es necesario aproximarse, hacerse prójimo. “Jesús le dijo a aquel joven doctor de la ley cuando le preguntó quién es mi prójimo: hacé lo que hizo el buen samaritano. Andá y hacé lo mismo, acercate. No pases de largo”, indicó.
Francisco dijo que en este viaje visitará tres naciones hermanas y recordó que la fe que compartimos es fuente de fraternidad y solidaridad, construye pueblos, forma la familia, fomenta la concordia y alienta el deseo y compromiso por la paz.
Exhortó a ser perseverantes en la fe, unirse en oraciones para que el evangelio llegue a las periferias, y finalmente pidió que se rece por él.
El obispo castrense Mons. Adalberto Martínez, el coordinador nacional Juan Carlos López Moreira y Leila Rachid estuvieron en el momento de la presentación del audiovisual. Al término del video, Mons. Martínez y los representantes del Gobierno resaltaron el deseo del Papa de estar en los tres países. El obispo dijo que el Papa viene a visitar a todos los sectores y especialmente a los más pobres.
El Pontífice inicia su visita pastoral el 5 de julio en Ecuador, luego pasará a Bolivia y el 10, a las 15:00, arribará a nuestro país. Retornará a Roma el 12 de julio a las 19:00.
Queridos hermanos y hermanas de Ecuador, Bolivia y Paraguay:
“Falta poco para el viaje. Con este saludo previo quisiera expresar mi cercanía, mi simpatía, mi buena voluntad. Mi deseo es estar con ustedes, compartir sus preocupaciones. Manifestarles mi afecto y cercanía, y alegrarme con ustedes también.
Quiero ser testigo de esta alegría del Evangelio y llevarles la ternura y la caricia de Dios, nuestro Padre. Especialmente a sus hijos más necesitados, a los ancianos, a los enfermos, a los encarcelados, a los pobres. A los que son víctimas de esta cultura del descarte.
El amor de nuestro Padre tan misericordioso nos permite sin medida descubrir el rostro de su hijo, Jesús, en cada hermano y hermana nuestra, en el prójimo. Solamente es necesario aproximarse. Hacerse prójimo. Como Jesús le dijo a aquel joven doctor de la ley cuando le preguntó quién es mi prójimo: hacé lo que hizo el buen samaritano. Andá y hacé lo mismo, acercate. No pases de largo.
En este viaje visitaré tres naciones hermanas en esas tierras del continente americano. La fe que todos nosotros compartimos es fuente de fraternidad y solidaridad. Construye pueblos, forma familia, fomenta la concordia y alienta el deseo y compromiso por la paz.
En estos días previos a nuestro encuentro doy gracias a Dios por ustedes y pido que sean perseverantes en la fe. Que tengan el fuego del amor, la caridad y que se mantengan firmes en la esperanza, que nunca defrauda. Les ruego que unan sus oraciones a las mías para que el anuncio del Evangelio llegue a las periferias más alejadas y sigan siendo los valores del reino de Dios fermento de la tierra también en nuestros días. Que la Virgen santa nos cuide, como madre de América, nos cuide. Y que el Señor los bendiga. Muchas gracias. Hasta prontito. Y por favor, no se olviden de rezar por mí”.
Gracias.