Cargando...
En agosto de 2002, en el Hospital Regional de San Pedro, se produjo la intercepción milagrosa de Chiquitunga, cuando Ángel, de padres sordomudos, vino al mundo y la médica, doctora Nidia Fernández, recuerda aquel momento que le tocó reanimar al niño y afirma que la situación a la que se enfrentó fue sorprendente. Asegura que el niño revivió y creció, sorprendentemente, sin ninguna secuela.
La profesional explica que esa fecha tenía su día libre, pero que siempre estaba al llamado. El niño vino al mundo pero “estaba muerto, no tenía signos de vida, las enfermeras hacían los trabajos de reanimación y me llamaron. Pasaron 15 minutos para que yo llegue al hospital”, recordó, y de inmediato se sumó a los trabajos de reanimación. Pasaron 20 minutos o un poco más para que reaccione el niño, en aquel entonces recurrieron al balón de oxígeno para que una vez que vuelva en sí siga respirando. Una vez que se logró la milagrosa reanimación del pequeño paciente, se buscaron cama y hospital disponibles para que fuera trasladado a Asunción a fin de una mejor atención médica.
Una de las enfermeras, desesperada ante la situación, fue quien imploró a Chiquitunga que interceda por el niño y consiguió la mano divina en ese momento. Ángel hoy tiene 15 años, estudia y trabaja en albañilería o como jornalero para ayudar a su abuela Beatriz Peralta, quien lo cría.
El padre de Ángel murió cuando tenía 3 años y su madre trabaja en Asunción como empleada doméstica.