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El profesional alertó sobre las lesiones que puede generar el mate muy caliente en la garganta y una eventual derivación en un caso oncológico. “El problema es que a veces uno ingiere hasta más de un litro de mate y la temperatura de esta bebida se mantiene muy alta y crea lesiones. Como el agua caliente quemaría la piel si uno la derramara sobre ella, el mate quema la garganta. Uno no percibe esa agresión debido a que en realidad no hay receptores muy especializados para detectar el calor en la garganta. Entonces, la lesión pasa inadvertida. Si decidimos continuar la práctica de tomar mate, la temperatura debe estar controlada, nunca ser la del hervor o máximo calor”, señaló el especialista.
Agregó que el desarrollo de un cáncer de cabeza y cuello depende mucho de la genética. Hay una predisposición que favorece que estas lesiones se desarrollen en un individuo. “El riesgo aumenta si se incurre en hábitos como, por ejemplo, fumar o beber bebidas alcohólicas concentradas. La condición genética encuentra en estas prácticas el medio propicio para desarrollar los tumores”, destacó. Ortiz explicó además que cuando se habla de cánceres de cabeza y cuello, nos referimos a los tumores que afectan exclusivamente al área de la cabeza y el cuello; excluyendo los tumores cerebrales o del sistema nervioso central.