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Su contenido de fibra le confiere propiedades laxantes. La fibra previene o mejora el estreñimiento, contribuye a reducir las tasas de colesterol en sangre, al buen control de la glucemia y tiene un efecto saciante, beneficioso en caso de diabetes y exceso de peso, eso sí, en cantidades adecuadas.
Su contenido de potasio deberán tener en cuenta las personas que padecen de insuficiencia renal y que requieren de dietas controladas en este mineral.
Por su alto valor curativo se puede aplicar en caso de enfermedades de las encías, escorbuto, dolor de muelas, dientes, debilidad dental en general; depura la sangre, combate los catarros, es muy eficaz en enfermedades de los bronquios, actúa muy bien en casos de acidez estomacal, combate las mucosidades de la garganta, evitando que se formen placas bacterianas que provocan infecciones, libera las vías respiratorias colaborando en la mejor oxigenación de los órganos, combate ronqueras, fiebres, bronquitis y es un auxiliar para hacer fomentos en casos de golpes o torceduras, aliviando la zona afectada.
Selva de Pappalardo nos proporcionó esta receta de su creación:
Ingredientes
1/2 litro de agua
4 a 5 mangos
1/2 litro de jugo de naranja natural o
1/2 cucharada de jugo de naranja en polvo.
Preparación: Pelar los mangos maduros y sanos, cortarlos en trozos. Poner en el vaso de la licuadora medio litro de agua y completar con los trozos de mangos hasta alcanzar 1,5 litros. Licuar y colar para sacar las fibras.
Aparte preparar jugo de naranja natural o de sobres. Mezclar mitad jugo de mango y mitad jugo de naranja. No lleva azúcar. Saborearlo bien frío.
Observación: También el jugo de mango se puede mezclar con otras frutas como frutillas y limón.