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El arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, acompañó a los familiares del doctor José Luis “Maíto” Riquelme durante el velatorio y el sepelio.
Se hicieron presentes excompañeros de colegio, compañeros de la universidad, pacientes, amigos y familiares para la despedida.
Además de un responso que rezó el sábado por la noche, Mons. Valenzuela ofició ayer un emotivo funeral en el salón Memorial. En su mensaje destacó la figura del “Dr. Maíto” como científico y humanista paraguayo. El compatriota fallecido el pasado 4 de noviembre en Barcelona (España), donde llevaba residiendo desde hace 54 años.
Ayer, en su mensaje, el arzobispo dijo: “En la vida en la que estamos muy sumergidos hay mucha desesperanza, desesperación, desilusión y frustración. Pero la palabra de Dios nos habla siempre de esperanza, de la vida. Y en ese contexto, la primera lectura dice que los justos brillarán como el sol delante de Dios”.
La frase la dedicó al doctor Riquelme: “Estamos llamados a vivir una vida como la que Maíto ha llevado, fomentando una coherencia permanente, de gran altruismo, generosidad y servicio en favor de los demás”.
Cerraron el oficio, integrantes del coro papal cantando en latín y castellano.
En el Cementerio de la Recoleta habló José Fernández, primer presidente de la Fundación Banco de Ojos Fernando Oca del Valle y actual asesor del consejo de la entidad benéfica: “Sabemos que la pérdida de un ser querido es una pérdida que va mucho más allá de la familia. Afecta al gremio médico, a la ciencia, a los pacientes que habían recibido la bondad de Maíto y a aquellas personas anónimas, que en este país de los pobres, de los necesitados de ayuda recibieron su apoyo”.
Destacó que el Banco de Ojos, fundado por el doctor Honorio Campuzano , ha podido granjearse que todas las veces que Maíto venía al Paraguay todo lo recaudado lo donaba para que se pueda servir a la gente de escasos recursos. Esto indica el espíritu tan especial como un ser humano excepcional.