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"Muchas personas piensan que es un capricho exigir su uso, pero todos los estudios dicen que, a partir de 50 km por hora, un accidente puede ser mortal sin llevarlo puesto, y no solamente delante del coche sino detrás", añade.
El ejemplo es ilustrativo: Si a 70 km/h uno tiene un choque y el que va detrás no lleva el cinturón, con 70 kilos sale despedido hacia adelante con una fuerza de 3.500 kilos. "He visto en algunos accidentes cómo un pasajero de atrás ha destrozado la cabeza al que iba adelante".
Además recomienda que en la bandeja trasera del coche no se debe colocar ningún objeto, porque si hay un golpe en el coche la cámara fotográfica o una pequeña maleta pueden abrir la cabeza del que va adelante.
USO DE CELULARES
Si hace 20 años se pensaba que el cinturón era una vacuna, con el auge de celulares apareció un nuevo problema.
Sin embargo -aclara- el celular ha tenido una ventaja muy importante porque ha remediado la asistencia al herido. Ha servido para que los servicios de auxilio lleguen cuanto antes, porque los primeros 20 minutos después del suceso son vitales para que no muera o no quede gravemente dañado el herido.
Lo malo es -continúa- hablar cuando se está conduciendo pues, según las investigaciones, cuando se está hablando por el teléfono móvil, aunque sea con manos libres, desde el primer minuto y medio de conversación uno no ve el 40% de las señales de tránsito porque está demasiado concentrado en la conversación.
"Tenemos como un Jano de doble faz en el invento. Su cara positiva ayuda a que lleguen los servicios de asistencia cuanto antes, pero tienen su carga negativa porque potencia las distracciones", concluye.
PRÓXIMA NOTA: El costo de los accidentes
El ejemplo es ilustrativo: Si a 70 km/h uno tiene un choque y el que va detrás no lleva el cinturón, con 70 kilos sale despedido hacia adelante con una fuerza de 3.500 kilos. "He visto en algunos accidentes cómo un pasajero de atrás ha destrozado la cabeza al que iba adelante".
Además recomienda que en la bandeja trasera del coche no se debe colocar ningún objeto, porque si hay un golpe en el coche la cámara fotográfica o una pequeña maleta pueden abrir la cabeza del que va adelante.
USO DE CELULARES
Si hace 20 años se pensaba que el cinturón era una vacuna, con el auge de celulares apareció un nuevo problema.
Sin embargo -aclara- el celular ha tenido una ventaja muy importante porque ha remediado la asistencia al herido. Ha servido para que los servicios de auxilio lleguen cuanto antes, porque los primeros 20 minutos después del suceso son vitales para que no muera o no quede gravemente dañado el herido.
Lo malo es -continúa- hablar cuando se está conduciendo pues, según las investigaciones, cuando se está hablando por el teléfono móvil, aunque sea con manos libres, desde el primer minuto y medio de conversación uno no ve el 40% de las señales de tránsito porque está demasiado concentrado en la conversación.
"Tenemos como un Jano de doble faz en el invento. Su cara positiva ayuda a que lleguen los servicios de asistencia cuanto antes, pero tienen su carga negativa porque potencia las distracciones", concluye.
PRÓXIMA NOTA: El costo de los accidentes