A criterio del titular de la corporación, la tragedia del 1-A no solo produjo cambios en la municipalidad, sino en toda la sociedad. "Marcó un cambio de vida a cientos de familias, no solo las afectadas directamente, sino también las que en cierto modo forman parte del entorno o quedaron conmovidas por el triste episodio. A nivel municipal desnudó un déficit: La falta de implementación de las medidas de control de la seguridad en los edificios, así como la falta de actualización de las normativas a las cambiantes y modernas edificaciones".

Dijo que el hecho ha movilizado bastante las cosas internamente porque ahora las exigencias son más severas para la habilitación de nuevos locales y considera que la mayor inacción incluso se podría trasladar a la etapa que precedió al siniestro, en su opinión.

Por ahora -continuó- hay un cambio en la propia mentalidad de la gente, no solo en los concejales y de los afectados directos, sino en todo el país. "El hecho fue bastante grave y deja esta secuela en la sociedad de un nunca más".

Arévalo también se refirió a las reacciones de la ciudadanía, tras el caso del Ycuá Bolaños, así como las reacciones con el caso de los tributos como señales de que "no hay comunicación con la ciudadanía, ese contacto necesario para culminar con éxito, entre todos, la labor en procura de lograr una ciudad agradablemente habitable".


COMUNA DEBE PROMOVER INVERSIONES

Sobre los planes para este periodo fiscal, el presidente de la Junta Municipal asegura que se deben crear condiciones propicias para generar más fuentes de trabajo. "Es alarmante ver el éxodo de jóvenes y adultos que van a España, preferentemente, y a otros países en busca de trabajo. Nosotros debemos generar las fuente de trabajo".

Citó a la Franja Costera como una posibilidad para ello. "Hay que respaldar a los empresarios del país e incentivarlos para que inviertan principalmente en obras, en abrir empresas para crear un espacio nuevo laboral".