El canto del Himno en la escuela, una costumbre que se va perdiendo

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 En la mayoría de las escuelas y colegios  del país, el Himno ya no se canta todos los días. Para algunos, se trata de una medida práctica, que permite aprovechar mejor el tiempo que los alumnos están en la escuela. Para otros, es un signo de la pérdida de valores patrióticos y tradicionales, que ya no se fomentan en uno de sus ambientes más naturales.

    Para muchos paraguayos el canto del Himno es una cuestión que hoy empieza y termina en una cancha de fútbol, cuando juega la selección nacional. En las instituciones educativas, donde antes el Himno se cantaba a diario, la costumbre se está perdiendo en el olvido, en nombre del aprovechamiento del tiempo de aula.   

 En  2008, después de realizar un recorrido por escuelas de zonas de frontera, la entonces ministra de Educación, María Ester Jiménez, había destacado la importancia de que sus alumnos cantaran el Himno Nacional todos los días, como una manera de reforzar el sentido de identidad.   

Pero se trata de un caso aislado. La realidad es que hoy en las escuelas y colegios el Himno se canta una o dos veces por semana. El resto de los días los alumnos entran directamente al aula y empiezan a desarrollar temas académicos.    

El canto diario del Himno era una preocupación especialmente para los profesores de horas cátedras del tercer ciclo de la educación escolar básica y de la secundaria. En los colegios grandes, con muchos alumnos, el canto del Himno, las instrucciones generales, los mensajes de directivos y alumnos y el ingreso organizado a las aulas pueden insumir alrededor de media hora, con lo que la primera hora cátedra queda reducida a pocos minutos. Por eso los profesores interesados en el desarrollo de sus programas se disputan no tener la primera hora cátedra de los días en que se canta el Himno.   

Nadie puede definir con certeza el momento en que cantar el Himno pasó de ser una práctica habitual a ser una excepción reservada para ocasiones especiales. "Yo hice la primaria en la escuela República de México, y luego en la escuela República del Brasil. Nosotros cantábamos el Himno todos los días y todos los días izábamos la bandera. El que se perfilaba como mejor alumno era el encargado de izar la bandera. En la escuela Brasil incluso se sacaba el piano y se tocaba una marcha para el regreso de los alumnos a las aulas. Yo creo que todo esto nos tomaba a lo sumo 10 minutos por día", comenta el Dr. Alejandro Encina Marín, recordando lo que ocurría en Asunción hace más de 60 años.   

 El Dr. Encina Marín cree que el canto del Himno a diario aporta al patriotismo y a la disciplina de los alumnos y cuenta que a él y a sus compañeros el momento del canto del Himno los hacía sentir muy felices. "Lo asociamos con el uniforme militar, la guerra. En aquel entonces no hacía ni 10 años que había terminado la guerra (del Chaco), y vivíamos la fantasía de heroísmo paraguayo", cuenta.   

 Pasaron las décadas, y en la escuela Brasil cantar el Himno sigue siendo una tradición, aunque no diaria. "Cantamos el Himno Nacional los lunes, miércoles y viernes. Los miércoles se  canta en guaraní. Y los martes y jueves cantamos el himno del colegio. La bandera se iza todos los días al iniciar la jornada", explica la directora, Asunción Vall de Font.   

Pero este mes hubo que hacer una excepción: debido a la epidemia de gripe A H1N1 las vacaciones de invierno se extendieron, y eso sumado al ausentismo masivo de alumnos generó una gran pérdida de clases. "Hicimos un plan de recuperación de clases -consensuado con los padres- que implica la suspensión de la formación de la entrada y la salida y el acortamiento del recreo a la mitad. Pero como esta es la semana de la Bandera, volvimos a cantar el Himno", cuenta.   

La docente afirma que en su escuela, la ceremonia de canto del Himno y de izamiento de la bandera insume unos diez minutos diarios, y afirma que no conviene obviarla. "Nosotros trabajamos sobre valores. Y ¡cómo vamos a incentivar los valores patrióticos si le quitamos al niño un momento así, que difícilmente pueda vivir en otro lugar!", señala.   

La profesora de Ciencias Sociales, Luisa García, señala la responsabilidad de los adultos en el hecho de que el Himno no logre entusiasmar a los alumnos. "En los primeros grados los chicos cantan con entusiasmo, aunque no entienden la letra, que es bastante complicada. De a poco muchos pierden el brío y apenas abren la boca, solamente repiten la letra, sin sentimiento. Es responsabilidad de los adultos transmitir que detrás de esa letra hay toda una historia y está la identidad de un pueblo", resume.   
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