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Lo ocurrido con la niña Anita Almirón tocó a la población paraguaya y disparó la cifra de donantes voluntarios en el 2013. Creció de 11.000 a 20.077 personas inscriptas, según indicó el titular del Instituto Nacional de Ablación y Trasplantes, Dr. Hugo Espinoza.
Resaltó que históricamente en nuestro país el número de pacientes, que se encuentra en lista de espera para trasplante de córneas, está cercano al centenar de personas. Este año, la cifra oficial de la lista es de 40 personas, un número que se considera bajo.
Agregó que en lista del INAT hay 9 pacientes en espera de un corazón y 77 de riñón. En lo que va del año se realizó un total de 128 trasplantes, (90 córneas, 7 de corazón, 19 de riñón y 12 de médula ósea).
Según Espinoza, es importante tomar la decisión de ser donante, aunque la ley vigente expresa que todos son “donantes presuntos” hasta que exista un documento que exprese en forma clara que no desea serlo.
Iniciativa ciudadana
En abril de este año, la ciudadanía recaudó fondos para la compra de un corazón artificial.
El dispositivo fue adquirido por G. 6.000 millones, de los cuales G. 1.000 millones fueron recolectados por grupos civiles que se organizaron luego del fallecimiento de Anita Almirón, quien se convirtió en un símbolo de la donación de órganos.
El resto del monto necesario –unos G. 5.000 millones– fue aportado por el Ministerio de Salud Pública, a través de los recursos del Fonacide. Jesús Ariel, de nueve años, sobrevivió gracias a un corazón artificial, y fue el primer paciente paraguayo en acceder a esta tecnología.
Una casa para Jesús
Jesús Ariel Leiva (9), trasplantado del corazón el 26 de noviembre en el Hospital General Pediátrico “Niños de Acosta Ñu” y dado de alta hace 15 días, pasó la Navidad, en el albergue del hospital. La madre del niño, Elena Rojas, explicó que luego de dos visitas de técnicos de la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat (Senavitat), ya no tuvieron novedades sobre la posibilidad de encontrar una casa para el niño.
“Vamos a permanecer en el albergue del hospital hasta tener una respuesta de los técnicos de la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat, de acceder a una casa nueva. Los médicos recomendaron no volver a la casa en el barrio Trinidad, porque el lugar no reúne las condiciones mínimas para resguardar la salud de Jesús”, indicó Elena.
Por otro lado, dijo que su hijo está muy bien y ya empieza a realizar actividades acordes a su edad en el albergue.
“Pasó la Navidad rodeado de sus cuatro hermanos y primos, además recibió muchos regalos. Sale a caminar, se entretiene con juegos de mesa y se alimenta normalmente”, mencionó la madre, feliz por la recuperación casi milagrosa de su hijo, quien se prepara para andar en bicicleta y jugar al fútbol, aunque solo de manera recreativa. Irá a la escuela el próximo año lectivo.
El jefe de cirugía cardíaca, doctor Marcos Melgarejo, señaló en conferencia de prensa que Jesús pudo salvarse gracias al corazón artificial, que se le instaló de modo que su corazoncito pudiera aguantar hasta que apareciera un donante. El pequeño estuvo en estado muy crítico, a punto de morir, recordó.
Los medicamentos antirrechazo que deberá consumir de por vida, así como los cardiológicos, le están siendo proveídos por el Hospital y el Instituto Nacional de Ablación y Trasplante.
Renació
Jesús Ariel había ingresado en estado crítico, por orden judicial, a un sanatorio privado a causa de que no había lugar en terapia intensiva de un hospital público. Sufría de una miocarditis dilatada en fase terminal posdengue, que lo tuvo internado por cinco días en Lacimet, en abril pasado. Luego, el 4 de noviembre fue trasladado al Acosta Ñu, donde fue intervenido el 26 de noviembre.
El niño accedió al trasplante gracias a la donación de un joven de 21 años, que falleció en un accidente de tránsito. Este joven había manifestado a su familia esa intención si llegaba a sucederle algo.
“Dios escuchó mis ruegos. Mi hijo renació. No perdí la fe de sacar a mi hijo con vida del hospital. Agradezco a todos los médicos por su dedicación, a la gente, por su solidaridad, por sus cadenas de oración y muy especialmente a los familiares del donante que hizo posible el gran acto de amor”, dijo la mujer.
Un riñón para su hermana
Diana Noemí Pineda (30) fue otra beneficiada en este diciembre con un trasplante renal en el Hospital Nacional de Itauguá. Su hermana Natalia (27) donó el órgano para que mejore su calidad de vida y no tenga que depender de una máquina de diálisis. Son del barrio Puertas del Sol, de Capiatá.
El equipo, liderado por el doctor Agustín Saldívar, tuvo a su cargo la ablación y el trasplante. La paciente padecía de reflujo vésico-ureteral. La nefróloga Marta Casó dijo que normalmente se da esta patología en las mujeres tras infecciones urinarias frecuentes.
Diana Noemí empezó a tener problemas en los riñones hace seis años y para que no sufriera con la diálisis, su hermana decidió donarle un riñón. El gesto de amor se dio como regalo anticipado de Navidad. De lo contrario Diana iba a pasar la fecha conectada a una máquina de diálisis, mientras entraba en lista de espera de un donante cadavérico.
Josías internado
El niño de tres años que en abril de este año recibió un trasplante de corazón, Josías Britos, fue internado por un cuadro respiratorio grave en el Hospital General Pediátrico “Niños de Acosta Ñu”, la semana pasada.
Josías recibió el corazón el 23 de abril de este año. La jefa de Cardiología de Acosta Ñu, doctora Nancy Garay, informó que el niño fue ingresado por un nuevo cuadro de infección respiratoria, vómito y diarrea, que le causaron una convulsión, condición que ya había presentado antes de recibir el nuevo órgano.
El adiós a Thiago
La partida del pequeño, Thiago Roa de seis años, quien recibió un trasplante de corazón y luchó por su vida hasta el último minuto, el 16 de setiembre de este año, también conmovió a la ciudadanía y puso en el tapete el tema de la donación de órganos.
Sus desconsolados padres reiteraron la necesidad de que la población tome conciencia y done sus órganos en vida, pues es vital e importante para salvar a otras personas.
Según los familiares, la batalla de Thiago comenzó cuando fue a Argentina para ser tratado en el Hospital Garrahan. Luego, volvió a Paraguay para seguir esperando el corazón que necesitaba en el Hospital General Pediátrico “Niños de Acosta Ñu”.
El 3 de setiembre de este año apareció el corazón para Thiago, que fue trasladado desde el Centro de Emergencias Médicas.
Al principio, Thiago presentaba un rechazo agudo al órgano, por lo que le fueron administrados fuertes medicamentos, que dieron buen resultado. A las dos semanas de su cirugía, Thiago se agravó y presentó una infección generalizada que le produjo su deceso.
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