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MEC realizó un muestreo sobre el almuerzo escolar entre los meses de agosto y setiembre del año pasado en las distintas escuelas públicas y privadas subvencionadas de la Capital. En total, se monitorearon 25 instituciones, y se pudo observar a un porcentaje bastante importante de alumnos que no consumen en su totalidad las raciones servidas, por diversos motivos. Se constató que en solo 4 instituciones se consumen la totalidad del almuerzo y merienda escolar, y en las 21 restantes estos alimentos se desperdician.
El informe cita como motivos del consumo parcial de los alimentos la falta de apetito (tras consumir 2 o 3 cucharadas de la ración, llevan el resto al tacho de la basura), un servicio muy temprano (entre las 10:00 y las 11:00, fuera del horario establecido de 11:00 a 12:00 y de 12.00 a 13:00), porque los docentes o directores se retiran en ese horario; y poca aceptación del menú.
Se observó, además, que si sobran postres las empresas proveedoras ponen a disposición de la dirección de la institución los remanentes que no se distribuyen, pero las autoridades de las escuelas no se ocupan de redistribuir estos alimentos, tales como banana, naranja, mandarina, manzana, etc., que finalmente terminan en la basura. Luego del informe se tomaron acciones correctivas, y se prevé para fines de diciembre un nuevo informe sobre el almuerzo escolar.
Almuerzo escolar tardío
En el interior del país, la situación es distinta. En la mayoría de los municipios de los departamentos con mayores índices de niños en situación de pobreza, prácticamente no recibieron el servicio de almuerzo escolar. Según se registra en Datos Abiertos del Ministerio de Educación, la mayoría recién empezó a distribuir el almuerzo a partir de julio y agosto. La Municipalidad de Caaguazú, por ejemplo, recién solicitó distribuir el almuerzo en octubre, lo cual evidencia las grandes inequidades y la deficiente gestión.