Educar sin violencia propone Unicef e invita a las familias a reflexionar

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en Paraguay (Unicef) pide a las familias y a la sociedad paraguaya a reflexionar sobre el uso de la violencia física y psicológica como método para disciplinar a los niños, niñas y adolescentes.

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La filmación del castigo físico del que fue objeto una niña de 7 años por parte de su madre y su posterior difusión en las redes sociales, ha despertado nuevamente en la sociedad un debate sobre la eventual diferencia entre corrección mediante el castigo corporal y violencia extrema.

Los hechos muestran que ambas formas de corrección no pueden ser aceptadas y que es muy fácil sobrepasar el límite. En realidad se trata de una cuestión de principios ¿por qué estaría bien golpear a un niño, niña y adolescentes si no está socialmente aceptado golpear a un adulto o a una mujer para resolver los conflictos? ¿Acaso no son personas iguales e inclusive más indefensas?

Desde Unicef, la oficial de comunicación Cecilia Sirtori detalla que un estudio realizado por esta organización y la ONG BECA en Paraguay en el año 2009, en una población representativa a nivel nacional de niños y niñas en edad escolar, reveló que el 61% recibía algún tipo de violencia por parte de su familia, demostrando que este es un método de disciplina culturalmente aceptado.

Detalla, además, que un aspecto llamativo es que la mayoría de los casos de violencia están catalogados como del tipo grave con un 35% (golpes con objetos, patadas, quemaduras, etc.), frente a 13% de violencia psicológica y 13% de violencia física leve (por ejemplo nalgadas).

Recuerda que una encuesta realizada por Unicef en Paraguay en el año 2010, también puso en evidencia que los padres golpeaban a sus hijos al perder la paciencia o al perder el control de sus actos.
Los niños y niñas del presente son cuestionadores, más participativos y viven en un mundo repleto de información, cambiante y globalizado y representan grandes desafíos todos los días para sus familias y su entorno educativo. Ya no responden a las mismas formas de disciplina que resultaron para otras generaciones anteriores, por ello la puesta de límites claros y de acuerdo a su edad, el mantenerse firme en decisiones tomadas son parte de los desafíos a ser cumplidos por los adultos.

Desde Unicef resaltan que la sociedad y los adultos tenemos el gran reto de encontrar nuevas formas de relacionamiento y de disciplina acordes con los nuevos tiempos. El desafío es grande, ¿pero qué no haría una madre o un padre por sus hijos? Más información, www.sinviolencia.com.py

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