Edificio abandonado del MEC solo sirve de albergue para drogadictos

El abandonado edificio Excelsior costó al Ministerio de Educación y Cultura (MEC) más de G. 14.045 millones y la compra fue llevada a cabo con autorización del entonces ministro de Educación, Luis Alberto Riart.

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La administración de Horacio Galeano Perrone pidió desestimar la investigación fiscal sobre el tema. Hoy, el inmueble, en pleno microcentro, está totalmente abandonado y sirve usualmente como albergue para malandros y drogadictos.

El director jurídico del MEC, Adalberto Gustavo Rodas, consideró llamativa la compra del edificio Excelsior, ubicado sobre la calle Benjamín Constant, de Asunción. Por ello, elevó un detallado informe a la Procuraduría General de la República con los antecedentes del caso.

El anterior ministro de Educación, Horacio Galeano Perrone, había pedido desestimar la investigación a cargo del fiscal José dos Santos, según Rodas. “Estamos impulsando de nuevo la investigación para saber en qué condiciones se dio la compra”, acotó.

La adquisición fue realizada por la vía de excepción en diciembre del 2009, durante la administración de Luis Alberto Riart. Pese a que el edificio no se encontraba en condiciones para ser ocupado, Riart autorizó el desembolso de G. 14.045.123.400 a favor de los propietarios (“María Josefina Scavone y otros”). Este monto resultó ser unos G. 1.500 millones más de lo tasado por el Consejo Nacional de la Vivienda (Conavi).

En el 2011, el MEC adjudicó a la constructora BGF SA la restauración, adecuación y reparación del inmueble.

La empresa recibió G. 2.284.716.200 para el trabajo, pero “los recursos invertidos no se ven reflejados”, acotó Rodas. “Presumimos que hay un incumplimiento del contrato”, agregó.

Las obras fueron posteriormente paralizadas, debido a la ausencia de los títulos de propiedad, otra irregularidad detectada. “Ya se desembolsó el monto solicitado, pero aún no contamos con un título”, dijo.

El suboficial Roberto Cáceres, de guardia en el sitio, dijo que todas las mañanas se encargan de desalojar a los drogadictos que ingresan por la noche. Los policías solo resguardan el sitio durante el día. Por la noche, queda en manos de cuidadores, sin recursos para enfrentarse a los vagabundos, dijo.

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