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El patio estaba lleno de bullicio y alegría. No era para menos, el cumpleaños 105 de Don Vicente, convocaba a sus descendientes: ocho de sus nueve hijos (una de sus hijas que vive en la Argentina no pudo llegar para el festejo porque está enferma), 40 nietos, 72 bisnietos y 13 tataranietos.
El buen humor de Don Vicente permitió conversar con él en idioma guaraní, quien resaltó que el secreto de su longevidad se debe a su estilo de vida tranquilo, en contacto con la naturaleza, sin mayores preocupaciones. Además, asegura que siempre cuidó la alimentación, a base de maní, coco, maíz, mucha leche, frutas y poca carne roja.
La alegría de los niños, los globos, la música folclórica que estuvo a cargo de varios conjuntos musicales amigos de la familia, la gran cantidad de asaderas de sopa paraguaya y el abundante asado preparados por la familia para la ocasión, dieron el marco adecuado a la fiesta.
Don Vicente, de tez morena, curtida por el sol, nos confidenció que es fanático liberal, que le encanta el color azul, haciendo alusión al color de la bandera del Partido Liberal. Por eso, los globos que adornaron la residencia y los manteles en la mesa fueron de color azul.
Nos dijo que en su juventud fue sastre, músico, teatrero y peluquero. En la Escuela Militar, allá por 1923, tuvo la oportunidad de conocer a varios militares, como a José Félix Estigarribia, Higinio Morínigo, Rojas Silva y otros que tuvieron destacada participación en la contienda chaqueña, desatada contra Bolivia de 1932 a 1935 en defensa del Chaco Boreal.
"Fui sastre de José Félix Estigarribia, quien llegó al grado de mariscal", nos dijo orgulloso el excombatiente que cumplió un relevante rol en la contienda chaqueña según los documentos que obran en su poder.
Así se organiza la sastrería y es nombrado maestro sastre y como tal encargado con el grado de suboficial. Para componente de su equipo se buscan soldados y oficiales expertos en el oficio de sastrería, que fueron sus ayudantes.
Manifestó que si bien no participó en el campo de batalla, el trabajo fue intenso porque tenían que reponer los uniformes de los suboficiales y jefes. En los primeros tiempos, la confección era todo a mano, hasta que la intendencia les proveyó de máquinas de coser y otros elementos necesarios.
Don Benítez recuerda que su jefe inmediato fue el Cnel. Raimundo Rolón, ayudante del comando Estigarribia y que este, por cumplir un buen papel, le dio a elegir entre dos opciones: La primera, ascender a oficial del ejército o permiso por 30 días para visitar a su familia. El eligió ver a su familia.
En otra parte de la entrevista, Vicente Benítez nos informó que tuvo oportunidad de completar solo el tercer grado de la primaria porque les tocó vivir a sus padres y a sus cinco hermanos tiempos muy difíciles política y económicamente debido a las constantes revoluciones y luego la guerra, que duró 3 años.
Don Vicente afirma que sus nueve hijos son personas de bien, sacrificadas y honradas, que en su mayoría estudiaron en Asunción para mejorar su nivel de vida, aunque pocos llegaron a completar un estudio universitario.
Rememoró que tuvo una niñez y una juventud muy feliz porque pudo realizar casi todos sus deseos.
Recuerda que cuatro a cinco décadas atrás en el lugar donde nació y sigue viviendo hasta la fecha había importantes bosques; los arroyos eran cristalinos y libres de contaminación. Entre esos componentes estaba el Yukyry, afluente del Salado, y este del lago Ypacaraí, inspirador de escritores y poetas. Y que actualmente están completamente contaminados.
Vicente Benítez, socio fundador del Club Sportivo Yukyry, que pertenece a la Liga Luqueña de Fútbol, actualmente se encuentra tramitando con la Gobernación la donación de una extensa parcela de su propiedad para la construcción de una escuela vocacional donde los jóvenes puedan aprender oficio.
Venancia González Martínez, hija mayor de Don Vicente, tiene 82 años. Es la única que tuvo oportunidad de egresar como docente de la Escuela Normal Nº 1 de Asunción. Doña Venancia explicó que al ser perseguida su familia y su esposo José Heriberto Barboza por pertenecer al Partido Liberal, ella tuvo que abandonar el Paraguay con sus 4 hijos para ir a vivir en Posadas, Argentina, donde ejerció la docencia y se jubiló hace algunos años.
De su niñez recuerda los cerros y lomadas, campiñas y playas. Asegura que era como un oasis el lugar donde nació y que el mismo forma parte de la compañía de Yukyry del distrito de Luque. El tren era el único medio de locomoción para viajar hasta Asunción, rememora con nostalgia.
Fotos: Gustavo Gaona