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La Dirección Nacional de Transporte comenzó este fin de semana la fiscalización en las calles de los ómnibus que circulan en todo el país.
El jefe del Departamento de Fiscalización, Jacinto Cáceres, informó que unos 500 ómnibus de propietarios individuales deben ser transferidos a nombre de las empresas donde operan, según resolución de la institución de diciembre del 2013.
El plazo otorgado por la Dinatran fue el 11 de marzo. Los propietarios individuales no tienen permiso de explotación del itinerario. Solo operan a través de un convenio, generalmente fuera de las normas legales, con las empresas permisionarias que no pueden completar el parque automotor habilitado.
La Secretaría de Transporte del Área Metropolitana había prohibido, en julio de 2011, a las líneas operar con ómnibus de propietarios individuales. Sin embargo, denuncias hechas a nuestro diario aseguran que aún existen líneas que alquilan ómnibus. Este hecho negó la entidad porque supuestamente todas las unidades habilitadas, legalmente, están en poder de las permisionarias.
La resolución del consejo de la Dinatran es sugestiva, pues fue establecida durante el estudio del proyecto de ley que pretendía liquidar tanto la citada institución como la Secretaría de Transporte del Área Metropolitana.
La creación de la Senatran, en sustitución de ambas fiscalizadoras del transporte, fue archivada por la Cámara de Diputados el 12 de este mes por presión de los funcionarios y de las empresas de transporte. Solo fue eliminada la Setama y la ley pasará a disposición del Poder Ejecutivo para que vete o promulgue.
El consejo de la Dinatran, cuyo titular es Carlos Raúl Peralta Raggini, tomó también una resolución bastante sugestiva: bajó el límite de edad de los colectivos de 30 a 25 años.
La Dinatran dice que para la renovación del parque automotor, por una resolución del 31 de enero de 2014, ya no aceptará ómnibus que sobrepasen esa antigüedad. La exigencia regirá desde el 31 de mayo de 2014. La entidad pondrá límite, más adelante, a la vida útil en 20 años. El gran número de buses “chatarra”, tanto en jurisdicción de la Dinatran como en la Setama, se debe al problema de propietarios individuales.