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Felicita era hija de Florencia Estigarribia Ferreira y Claudio Mancuello, la mayor de los cuatro hijos del matrimonio; tenía 11 años y cursaba el primer grado en la Escuela Básica 5355, del barrio Santa Librada, de Yaguarón. Luego de sus actividades escolares, por la tarde se dedicaba a vender mandarinas. El 31 de mayo del 2004 la hallaron unos leñadores que fueron hacia el cerro. Había sido brutalmente violada y asesinada. Jamás se halló, apresó ni sentenció al culpable.
Este caso –considerado emblemático– definió la creación del “Día nacional contra el abuso y la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes”, establecido mediante decreto presidencial Nº 3279.
Pero el deleznable caso relatado no fue el primero, ni mucho menos el último, de abuso y explotación sexual a la infancia. Recientemente el país y el mundo se conmocionaron con el caso de la niña de 10 años, violada por su padrastro, y embarazada, a más de otros similares hechos. Y lo demuestra la escalofriante cifra de 421 niñas y niños abusados solamente durante este año, según datos de la Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia (SNNA).
Dicha entidad, que ha lanzado la campaña “Respetá mis derechos, denunciá la violencia sexual”, advierte que, de las 250 municipalidades nacionales, cinco cuentan con la Consejería Municipal por los Derechos del Niño, la Niña y el Adolescente (Codeni) en concordancia con lo establecido por el Código de la Niñez y la Adolescencia.
Entretanto, se plantea un “Manual para la prevención del abuso sexual de niños y niñas”, cuya autora es Marilín Rehnfeldt. Este brinda consejos para padres y docentes, acerca de la importancia de enseñar a los niños cómo protegerse, y a acudir a un adulto de confianza, ante comportamientos inadecuados de otras personas, que pretendan abusarlos o explotarlos sexualmente.