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Se menciona que la fiebre suele ser uno de los síntomas comunes para automedicarse; sin embargo, la fiebre no es una enfermedad, sino una señal de alarma del organismo ante la presencia de un agente infeccioso que puede tratarse de cualquier mal, por lo que el medicamento puede aliviar el dolor, y hasta lograr disipar la fiebre, pero también puede complicar el diagnóstico médico y, por consiguiente, el tratamiento eficaz para el paciente.
Resalta igualmente que es importante entender que la tarea del médico se ve obstruida a la hora de proceder con el tratamiento adecuado cuando el paciente recurrió a la automedicación, pues por lo general esta práctica contribuye a ocultar otros factores de riesgo, o aún peor, crear alteraciones en el organismo, provocando daños severos a la enfermedad inicial.
En este sentido, la cartera sanitaria aconseja e insta a la población a recurrir al establecimiento de salud más cercano ante la aparición de cualquier síntoma de enfermedad, principalmente fiebre alta (38º C)
El profesional médico examinará al paciente y de acuerdo a la evaluación efectuada indicará el tratamiento correspondiente y la dosificación del medicamento según edad y peso.