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Carlos Bogarín, presidente de la asociación de vecinos, señaló que al menos dos barras de acero que protegen de la boca de tormenta a los transeúntes y conductores de vehículos que pasan por el lugar, se desprendieron, quedando un hueco. Es un peligroso pozo, que en días de lluvias no es percibido por quienes corren el riesgo de sufrir o provocar un grave accidente en el sitio.
En cuanto a qué provocó la destrucción de los barrotes, el vecino no pudo precisar, pero reconoció que el lugar acostumbra a llenarse de basura y tal vez la minipala mecánica de la institución municipal, con la que acostumbran levantar los desechos pudo destruir las barras. Señaló que el estado de los sumideros debe ser verificado permanentemente por los fiscalizadores municipales y más cuando se trata de una avenida tan transitada como Fernando de la Mora.