Deforestación y contaminación de cauces hídricos dañan el ambiente

Este domingo se recuerda el Día Mundial del Medio Ambiente. Ecologistas advierten que en Paraguay existe un elevado número de cauces hídricos contaminados. La otra gran preocupación es la tala indiscriminada, a pesar de la campaña “deforestación cero”. En solo 9 meses se pelaron 1.277 hectáreas de bosque, gran parte para cultivar marihuana. Una débil legislación y la impunidad están afectando nuestros recursos naturales.

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Cada año, esta fecha es propicia para concientizar a la ciudadanía en relación a temas ambientales, a fin de salvar nuestros preciados recursos naturales, tanto para la población actual como para las generaciones futuras.

Uno de los mayores logros del país fue, sin duda, la aprobación de la Ley de “Deforestación Cero” en la Región Oriental. Sin embargo, esa ley es letra muerta, pues se siguen cortando árboles como si sobraran.

Según datos de la organización internacional WWF Paraguay, en tan solo 9 meses (de julio 2015 a abril 2016) se detectaron 1.277 hectáreas deforestadas en el departamento de Amambay, las cuales forman parte del remanente del Bosque Atlántico del Alto Paraná. En ese mismo periodo, se ha detectado un total de 880 hectáreas para cultivos ilícitos como la marihuana.

Esta deforestación desmedida pone en peligro la vida del hombre, ante la proliferación de enfermedades endémicas como el dengue, chikunguña y zika, entre otras.

Contaminación hídrica

Yan Speranza, de la fundación Moisés Bertoni, lamentó que en Paraguay existan niveles elevados de contaminación hídrica. Solo el 70% de la población tiene acceso a agua potable, es decir por tuberías. El 30% accede al vital líquido de fuentes disponibles como pozos, tajamares o algún otro cause hídrico y advirtió que es peligrosa para la salud de las personas porque existen numerosas industrias que arrojan sus desechos a estos cauces sin tratamiento.

Habló también sobre la situación del aire. “El aire está siendo contaminado por emisiones de fábricas, automotores, quemas de campos y otras actividades humanas, lo que van disminuyendo su calidad”, enfatizó.

De acuerdo al monitoreo de contaminación atmosférica, elaborado por técnicos chilenos en el 2014, la cantidad de óxido de nitrógeno en el aire se redujo en un 57%, mientras que el volumen de dióxido de azufre bajó un 34%. Pese a ello, se sitúan en niveles superiores a los máximos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y se ratifica el transporte como principal fuente de contaminación.

A su turno el ambientalista Félix Fariña dijo “debemos cambiar el paradigma empresarial de observar la erogación en sistema de tratamiento de residuos como un gasto superfluo para empezar a verlo como una inversión en la preservación de nuestro ambiente”.

También hizo un llamado al ente encargado del control, que es la Secretaría del Ambiente (Seam). “Debe haber un claro fortalecimiento de las capacidades de los entes encargados de la fiscalización y control sobre la gestión de desechos de las industrias, situación que hoy no existe”, concluyó.

La Seam está rebasada

El ministro de la Seam, Rolando de Barros Barreto, dijo que maneja una entidad que tiene como función la supervisión y la ejecución de las acciones en pos del ambiente.

Agregó que “para que el trabajo sea más efectivo la cartera requiere de más funcionarios, vehículos y mayor presupuesto”. Actualmente se maneja con G. 43.000 millones.

Aseguró que necesitan descentralizar la gestión a través de oficinas regionales para tener mayor cobertura y mejor reacción.

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