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Esta versión es corroborada por Desiderio Franco, quien dijo que, efectivamente, cuando el río subía y la gente se ubicaba en el parque, ello conspiraba contra la tradición anual de la celebración.
En 1989 fue la única vez que se suspendió, debido a una gran tormenta que arrasó incluso con los stands preparados y se tuvo que pasar al siguiente domingo.
Por primera vez en 33 años de realización, en 1991 el Corso de las Flores no se realizó en el Parque Caballero y se trasladó a la Plaza de Armas. Los dos años siguientes no se realizaron. En 1994 se intentó reactivar en la Plaza de Armas, pero no tuvo tanta afluencia. La última fue la de 1995, en la Avda. Carlos A. López, tras 37 años.
MÁS DE 40 ALEGORÍAS
La creatividad no tenía límites en la presentación de las carrozas, cuya nota común eran las flores y las reinas. Los más diversos vehículos, desde cachapés, botes, tractores, carretas tiradas por caballos y hasta lujosos automóviles de época lucían esbeltos y opulentos pasos en el parque. En la mejor época la cantidad de carrozas superaba las cuarenta.