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Los turistas igual estuvieron tomándose fotografías con los cañones rodeados de las precarias casillas de hule, cartón y maderas terciadas que levantaron los damnificados. El historiador Luis Verón lamentó esta situación en las redes sociales. Afirmó que así como se encuentran estas reliquias no se deberían traer otras que están mejor cuidados en museos de otros países.
Según la historia, los cañones que defendieron Asunción durante la contienda habían sido retornados a nuestro país por el Gobierno argentino en 1954, cuando asumió la presidencia de la República el dictador Alfredo Stroessner. Varios años después, en 1970, las reliquias fueron colocadas en la Plaza Francisco Solano López frente al edificio del Congreso Nacional.
Las otras plazas en las inmediaciones de la sede del Congreso también fueron ocupadas por los nativos y damnificados.