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El Día del Párroco es fiesta en la comunidad cristiana, “La misión del párroco es evangelizar, santificar y gobernar”, dijo el párroco de La Encarnación, Pbro. Ángel Arévalo. El sacerdote celebrará el 14 de agosto 30 años de su consagración durante una misa que oficiará a las 19:00, en el templo capitalino ubicado en Haedo y 14 de Mayo.
El sacerdote sostuvo que el párroco es el hombre de Dios que el obispo pone en medio de la gente para dirigir al pueblo hacia la salvación. Está llamado a acompañar a los fieles en la alegría y en la tristeza. Debe anunciar la Palabra de Dios y denunciar la corrupción y la injusticia, precisó.
Llevar Palabra de Dios
Para el padre Silverio Britos (SJ), cura de San Ignacio, la misión del párroco es pastorear localmente y llevar la palabra de Dios a los niños, jóvenes, adultos y ancianos.
En entrevista con nuestro corresponsal Rafael Montiel, el religioso sostuvo que el obispo encomienda acompañar y asistir a la gente en todas las circunstancias de la vida.
Añadió que el párroco administra los sacramentos, bautismo, eucaristía, penitencia, bendice el matrimonio. Tiene igualmente el compromiso de anunciar el evangelio y denunciar las injusticias, “que no podemos callar”, afirmó.
“Después tenemos la línea pastoral de la parroquia, que en el caso de San Ignacio, es formar comunidades cristianas”, dijo Britos, al tiempo de señalar la idea es que en cada barrio, compañía y capilla los fieles puedan desarrollar las dimensiones: espiritual, litúrgica, profética y social. En esta dimensión entra la solidaridad y la fraternidad, indicó.
Formar ciudadanos
Por su parte, el padre José Villalba Fleitas, sacerdote diocesano de la parroquia María Auxiliadora de Fuerte Olimpo, expresó a nuestro corresponsal Carlos Almirón, que uno de sus principales compromisos con la sociedad es formar ciudadanos comprometidos con la vida dentro de los valores evangélicos, buscando ser buenos cristianos y honrados ciudadanos como predicaba San Juan Bosco.
“Actualmente vivimos en una sociedad en la que impera el sistema maquiavélico de adquirir o sobresalir a cualquier costo sin importar los valores. En este campo es donde nosotros debemos atacar en la formación cristiana a fin de potenciar valores positivos en las personas”, precisó.
En otro momento, destacó que se debe prestar más atención a la juventud. “Los jóvenes son el presente; de ahí nuestro enorme compromiso como religiosos de trabajar seriamente en la formación de los mismos”.
Por último, dijo que vale la pena ser sacerdote porque ama lo que hace y constantemente se dedica a la oración a fin de evitar caer en las tentaciones.
El pa’i José trabaja desde hace varios años en esta zona chaqueña. Es oriundo de la capital del país, de la zona del barrio Varadero, pero fue recién en el mes de junio de este año que fue ordenado sacerdote.