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Emocionado hasta las lágrimas, Daniel Espínola López (39) ofreció a la Virgen de Caacupé el sacrificio físico de caminar durante cinco días desde Ciudad del Este. Salió de la capital del Alto Paraná el domingo 2, en horas de la tarde, y llegó al mediodía del viernes 7, con la alegría de haber cumplido un sueño largamente anhelado. “Estar aquí frente al santuario de la Virgencita azul es para mí muy significativo, pues es la primera vez que vengo caminando. Yo decidí hacer este sacrificio para agradecerle por mi salud y la vida de mi hijo Álvaro Daniel, quien nació hace tres años sano y muy fuerte. También por tenerles vivos a mis padres Juan y Felicita”, expresó con un nudo en la garganta que le impidió seguir hablando.
Tras respirar profundo, el hombre comentó que tuvo cuatro meses de preparativos para enfrentar el desafío de llegar sin problemas. “Gracias a Dios y a la Virgen no sufrí ningún problema, excepto algunas llagas en las piernas. Estoy muy feliz, porque en verdad caminar 12 o 13 horas al día es un esfuerzo enorme que pude superar. Y, además, vencí el miedo de caminar de noche por trechos desolados que en algún momento puso en duda la continuidad de mi promesa. La Virgen quiso que yo llegue”, concluyó.