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Cumpliendo la puntualidad que hace al buen deportista, llegaron hasta nuestro diario Natalia Delgado (23), campeona nacional categoría 75 kilos y medalla de oro del Campeonato Nacional Argentino de Lucha Olímpica –recientemente realizado en Posadas–, y Sofía Segovia (17), categoría juvenil 55 kilos. Además formaron parte del equipo invitado a Misiones (Arg.) los campeones Stephanie Bragayrac, categoría 58 kilos (medalla de oro-Argentina 2013 y 1014), y Saneyuki Hirata, categoría 57 kilos (medalla de oro-Argentina 2014), y José Fretes categoría 80 kilos (medalla de plata-Argentina 2014). Todos bajo el entrenamiento del cubano Yudel More.
Amables, Natalia, “la leona”, y Sofía, la más jovencita del equipo, charlaron con nosotros para dar un pantallazo sobre este deporte del MMA (Mixed Martial Arts), al que hoy ya “nadie ve como una cuestión netamente masculina. Es normal que haya mujeres que practiquen kick boxing, jiu jitsu o lucha olímpica”, aseguran.
Natalia es paraguaya, pero se crió en Argentina; hace 8 meses vino a vivir con su papá; “no conocía a nadie, estaba aburrida, ociosa y con sobrepeso; había hecho kick boxing y jiu jitsu, por eso supe de Dosis Más Fuerte y me acerqué para entrenar en lucha olímpica, al poco tiempo me integraron a la selección nacional”. Hoy la joven dice sentirse feliz y describe al equipo como una familia.
Sofía, por su parte, comenzó este año a practicar lucha olímpica. Esta disciplina no implica recibir golpes, sino que a través de derribes y lances se debe dejar al oponente de espaldas en el piso y ahí acaba. Sin embargo, ser luchador olímpico requiere un estado físico muy completo, mucho aire y cuerpo fortalecido.
Para las mujeres es una excelente opción deportiva porque da seguridad. “Estas artes son como el boxeo, no podés usarlas en la calle, pero si me atacaran utilizaría las técnicas que tengo. A un hombre de 1,70 m, 65 kilos, te aseguro que lo puedo reventar. Si es más grande tal vez no, pero sí me da tiempo a defenderme y escapar de la situación”, expresa muy confiada.
Sofía, que es menuda, agrega: “las chiquitas tenemos nuestras mañas, no por eso dejamos de defendernos. El punto está en pensar rápido”.
Lo que les preocupa a las luchadoras paraguayas es la falta de otras mujeres para pelear. “Somos solamente 4. Anímense. Hoy ya no es ‘raro’, se puede practicar de lleno y no se pierde la feminidad”, subrayan. Nada más sano que el deporte para alejar o prevenir los vicios. Natalia confiesa que era fumadora y tomaba una que otra cerveza. “Hoy no puedo ni oler esas cosas, ya no las disfruto como antes me pasaba. También te regula el uso de la tecnología. De noche pienso que tengo que entrenar duro al día siguiente y me acuesto temprano, porque si faltás es un día que le regalás al adversario”. Para tener un cuerpo olímpico hacen falta 70% de buena alimentación y 30% de entrenamiento.
Entrenar es un desafío diario: correr 10 vueltas a la pista, flexiones de brazos, carretilla en las escaleras, saltos, colchón. “Los días de lluvia, en casa, hacemos una hora de bicicleta, que no es nada”, comentan.
Más que los papás, las mamás de ambas tomaron este deporte con cierto recelo al principio, pero después fueron comprendiendo el valor y hoy las acompañan en todo.
Afirman que practicar lucha no es caro, las clases en la Fundación Dosis Más Fuerte son gratuitas y solo hay que correr con los gastos de ropa y movilidad. Deportivamente se sienten apoyadas dentro de la Asociación Paraguaya de Lucha Olímpica.
Por el momento, sin novios, piensan en el estudio; Natalia estudiará nutrición deportiva y Sofía quiere ser zoóloga e ir a trabajar al Amazonas. Para ellas ningún sueño es imposible y el deporte todo lo fortalece.
lperalta@abc.com.py