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El informe indica que en los últimos 20 años la tasa de mortalidad infantil (menores de 1 año) se redujo en más de la mitad; es decir de 30,4 por cada 1.000 en 1990 a 15,2 en 2011.
Pero estos avances no se registran al hablar de mortalidad neonatal, es decir, bebés de menos de un mes de vida. Para este segmento, la tasa de mortalidad se mantiene entre las más elevadas de la región y apenas bajó de 14,4 por cada 1.000 nacidos vivos en 1990 a 11,2 en 2011.
El informe fue presentado ayer en presencia del ministro de Salud, Antonio Barrios; el director regional de Unicef para América Latina, Bernt Aasen; la embajadora de la buena voluntad de Unicef, Menchi Barriocanal, y otras personas.
La representante de Unicef en Paraguay, Rosa Elcarte, resaltó que si bien nuestro país ha logrado avances en la reducción de la mortalidad materna, la mortalidad infantil y de menores de cinco años siguen estando entre los países con las cifras más elevadas de América Latina. Paraguay no alcanzará las metas de los Objetivos del Milenio para el 2015 en estos temas.
“Acabemos ya con las muertes evitables”, propuso la representante de Unicef en Paraguay, Rosa Elcarte, en el marco de la presentación del informe sobre la situación del derecho a la salud materna, infantil y adolescente en Paraguay.
El documento describe la situación de salud, analiza las inequidades, disparidades y principales obstáculos que impiden el acceso a la salud de las mujeres embarazadas, niños, niñas y adolescentes, e incluye propuestas de solución.
Recomendaciones
Entre las recomendaciones de este documento se incluyen fortalecer las redes integradas de los servicios de salud; planificar territorialmente los servicios, presupuesto y monitoreo; mejorar la articulación de los servicios y reforzar la capacidad de resolución obstétrica y perinatal en los hospitales, así como dotar de personal suficiente, equipamientos e insumos adecuados las 24 horas.
Otras acciones a tomar son aumentar el número de Unidades de Salud de la Familia y de agentes comunitarios que promuevan salud y no ser una entidad meramente asistencial; incorporar personal de enfermería, obstetras que den asistencia a los partos y de esta manera evitar complicaciones innecesarias, además de continuar la expansión de estrategias que promuevan una atención integral de la infancia e impulsar la formación de las familias a pautas de cuidado.