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El religioso presidió ayer la misa principal en honor del patrono que tiene su templo en Teodoro S. Mongelós y Mayor Bullo, barrio Ciudad Nueva.
Mucha gente participó de la misa que tuvo lugar en el polideportivo. Entre ellos estaban los alumnos de la escuela y del colegio San Luis Guanella.
San Miguel es muy querido en el Paraguay. Las familias se encomiendan a su protección y, en señal de agradecimiento, los padres eligen este nombre para sus hijos. Por eso hay muchos Miguel, Miguela o Miguelina.
Valenzuela destacó la educación en la fe de los adultos, que actualmente participan en las misas, y tienen una vida cristiana más madura y de oración.
Al referirse a la devoción al patrono, sostuvo que a San Miguel le visitan y le rinden culto no solo los asuncenos, sino que también gente que viene del interior y del exterior.
“En cuanto a la acción de pastoral social, en estos momentos, es una Iglesia en salida, en los lugares de difícil situación, como barrio San José, mal conocido como Aña Retã’i, los sectores del barrio San Miguelito, y otros lugares donde se acompaña a las familias que pasan por situaciones difíciles por el consumo de drogas y violencia”, señaló en otra parte.
La parroquia tiene una labor muy especial en el Mercado 4 donde los jueves un sacerdote reza la misa.