Creyentes católicos honran a Virgen María Auxiliadora en su día

Los católicos, especialmente los salesianos, honran hoy a María Auxiliadora de los cristianos. En su santuario ubicado en Don Bosco y Humaitá se celebrarán 13 misas, programadas desde la 5:00 hasta las 20:00. La centenaria devoción tiene miles de seguidores, quienes en la fecha renovarán su fe en la Madre de Dios.

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La fiesta de María Auxiliadora es un acontecimiento muy arraigado a la religiosidad de los paraguayos. Su devoción en nuestro país se remonta más de 100 años, cuando Mons. Luis Lasagna pisó estas tierras e invitó a los creyentes a invocar su nombre en los momentos difíciles.

La congregación salesiana ha preparado un nutrido programa para honrar a su protectora. Pero no solamente los religiosos forman parte de esta veneración, sino también están los miles de ex alumnos de instituciones que hoy renovarán su fe en la Madre de Dios.

De acuerdo al programa, se oficiarán 13 misas a partir de las 5:00 hasta las 20:00. Los actos celebrativos culminarán el domingo con la gran procesión, que comenzará a las 15:00, seguida de la misa que presidirá el arzobispo Pastor Cuquejo. Participarán de esta manifestación de fe las instituciones salesianas con sus alumnos, al igual que los movimientos y asociaciones que tienen a la Virgen como su protectora. Habrá también romería para la diversión.


HISTORIA

La historia del establecimiento de la fiesta de María Auxiliadora se remonta a la Revolución Francesa, la cual había asestado un duro golpe a la Iglesia y desquiciado completamente a la religión cristiana. Cuando Napoleón Bonaparte asume el poder, restableció el catolicismo en Francia: anula las leyes revolucionarias de proscripción, permite a los sacerdotes regresar a sus iglesias y devuelve catedrales, parroquias y seminarios a obispos. Sin embargo, embriagado por sus triunfos y ambición desordenada, comenzó a exigir al papa Pío VII algunas cosas que el Pontífice no podía conceder, dando lugar a nuevos conflictos con la Iglesia.
El Papa fue hecho prisionero en el castillo de Fontainebleau por el emperador francés y, durante los cinco años que estuvo preso, dedicaba especialmente una parte del tiempo de sus oraciones a María Santísima, auxilio de los cristianos, para que protegiese a la Iglesia, perseguida, desgobernada y desamparada. Los ruegos del Papa fueron escuchados y en 1814 Napoleón firma su abdicación. En 1815, cuando la Iglesia había recuperado su posición y poder espiritual, el Papa, para manifestar el agradecimiento de todo el orbe católico a la Virgen María, bajo su advocación de auxilio de los cristianos, y como un expreso reconocimiento de la infalible protección de la Madre de Dios, instituyó la fiesta de María Auxiliadora en el día 24 de mayo para perpetuar el recuerdo de su entrada triunfal a Roma al volver de su cautiverio en Francia.
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