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Preocupados ante las constantes descargas de contaminantes (aguas servidas) al cauce del arroyo, solicitaron al Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) el análisis respectivo de las aguas de la zona.
El pedido solicitaba el estudio de las aguas negras que son vertidas en la vía pública por vecinos del lugar y que luego desembocan en un sumidero de desagüe pluvial a cielo abierto que se encuentra en la intersección de Juan de Salazar y Cacique.
El agua servida domiciliaria llega finalmente al cauce del arroyo Leandro Sosa a través de un canal abierto, situado en un predio privado de la estación de servicios Petropar Corona, que aparentemente tiene conexión subterránea con el sumidero y el arroyo.
Igualmente, se pidió el análisis de los efluentes de una fábrica de vaqueros de la zona y del agua del arroyo.
De acuerdo al informe presentado por la Lic. Estanislaa Acosta Morales, jefa de laboratorio de Estudio de Aguas del Dpto. de Química de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNA, en las aguas residuales se encontraron 572.000 UFC/100 ml cuando el valor máximo permisible es de solo 4.000 UFC/100ml. Los demás ítems, como la demanda biológica de oxígeno (DBO5), también demuestran valores que superan lo permisible. En el caso de las aguas servidas (punto-1), la DBO5 fue de 234,0 mg/l.
Desde el punto de vista de la salud pública, es aceptable agua servida que contiene menos de 1.000 coliformes totales por 100 ml y con una DBO inferior a 50 mg/l.
Según Rubén Ugarte, presidente de la Comisión Vecinal, en los próximos días presentarán este mismo informe a la Comisión de Ecología, Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, solicitando una pronta solución para el grave problema detectado.