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El Consejo Superior Universitario de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) sesionó ayer. En el encuentro se debían considerar los resultados de los 15 sumarios contra docentes y autoridades, entre ellos los hermanos Jaime y Emiliano Ibarrola, por diferentes motivos, como irregularidades administrativas, maltratos y cobro indebido de honorarios.
Los sumarios, llevados adelante por el juez instructor César Guerrero, fueron iniciados luego de las protestas #UNAnotecalles.
Solo se llegó a tratar uno de los sumarios y luego la sesión quedó en cuarto intermedio hasta el martes, informaron los miembros del Consejo Superior Universitario Amalia Ríos y Juan Carlos Rojas, representantes del estamento estudiantil.
El único sumario que se trató señala al polémico Dr. Jaime Ibarrola como uno de los involucrados en la irregular destitución del entonces vicedecano Silvio Espínola, ocurrida en 2010. Sobre el caso también se expidió la Corte Suprema de Justicia, que reafirmó la irregularidad denunciada, comentó Ríos. De hecho, el documento de la justicia ordinaria fue presentado como prueba, pero fue desestimado tanto por el juez instructor como por los miembros del consejo que votaron por el “blanqueo” de Ibarrola en este caso. Los que favorecieron al cuestionado docente fueron el decano Laurentino Barrios, el vicedecano Gustavo Machaín, Víctor San Martín, Angélica Giménez, Daniel Viveros y Hugo Macchi Salim.
Barrios explicó que el juez instructor desestimó este caso debido a que, por las características, no es el ámbito donde se debía tratar.
Emilio Martínez, miembro del centro de estudiantes, dijo que gracias a la presión ejercida con la protesta estudiantil, se logró el cuarto intermedio.
Los “infiltrados”
Desde inicio de la sesión llamó la atención un grupo de jóvenes rondando, que no eran estudiantes. Conversamos con ellos y dijeron que eran curiosos, no barrabravas contratados. Al final de la sesión actuaron de guardaespaldas del decano y otros consejeros. A uno de ellos se lo vio reclamando aparentemente su paga a Macchi Salim. Este médico sonreía mientras era escrachado y luego exhibió el dedo del medio a los jóvenes. Además, dirigió frases obscenas a una periodista.