Consagran a ocho diáconos para ayudar a los párrocos

Ocho padres de familia fueron consagrados ayer diáconos permanentes durante una misa que se ofició en la Catedral Metropolitana, ante centenares de fieles. El acto de imposición de manos estuvo a cargo del arzobispo metropolitano de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela.

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Los nuevos consagrados son: Humberto Moreno, de la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Luque; Toribio Romero, de la parroquia Santa María Goretti; Ramón Chaparro, parroquia Virgen María de Lambaré; Eleno García, de la parroquia Inmaculada Concepción de barrio Obrero; Desiderio Alfonso Cantero, de la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Lambaré; Ángel Segovia, de la parroquia Natividad Santa María; José Núñez, de la parroquia de Luque; y Hugo Miranda Rivaldi, de la parroquia Virgen del Carmen de Villa Elisa.

Los diáconos son casados y para recibir el orden deben tener la expresa autorización de sus respectivas esposas. Una vez ordenados están llamados a ayudar a los párrocos y a los obispos. Pueden proclamar el Evangelio e impartir el sacramento del bautismo, así como bendecir las uniones matrimoniales. Igualmente están autorizados a oficiar un responso y bendecir los objetos de piedad; ayudar en la catequesis y llevar la palabra de Dios a los lugares indicados por el párroco.

Durante su homilía, Mons. Valenzuela resaltó la labor de los diáconos y agregó la importancia de esta celebración a días de la Navidad, del nacimiento de Jesús, que requirió previamente que María y José entiendan el misterio de servir a Dios. Un llamado al servicio que los nuevos diáconos aceptan con ganas, indicó. “Recordemos que nuestro Dios es un Dios de esperanza, de la misericordia y su actuación en nuestras vidas hace transformaciones”, indicó. Un momento emotivo de la ceremonia fue cuando sus esposas les entregaron los ornamentos. También fue solemne el momento en que el arzobispo Valenzuela y el arzobispo emérito de Asunción, monseñor Pastor Cuquejo, impusieron las manos, que es el signo visible por el que se transmite la consagración. Finalmente, los nuevos diáconos fueron saludados por sus familiares y amigos. Más de 300 personas participaron del oficio religioso que se inició a las 11:00 y se extendió hasta después del mediodía.

En un momento de la misa, se registró un pequeño desorden a causa de que familiares de los consagrados querían tomar fotos con sus celulares durante la imposición de manos.

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