Conjugar viejas edificaciones con nuevas intervenciones es la clave

La mayoría de las viviendas antiguas, localizadas principalmente en el centro histórico de Asunción, siguen en estado “regular”, aunque también existen casas en ruinas, según la arquitecta María Teresa Miranda, jefa de Patrimonio de la Municipalidad de Asunción. Devolverles su vida útil depende de la creatividad de los arquitectos proyectistas.

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Días atrás, varias demoliciones clandestinas provocaron el derrumbe y la destrucción de inmuebles considerados patrimonio edificado. Para evitar esta situación, la arquitecta Miranda sugiere que los arquitectos proyecten revitalizaciones y restauraciones con inserción de obra nueva.

Patrimonio es el “conjunto de bienes pertenecientes a una persona natural o jurídica, o afectos a un fin, y que son susceptibles de estimación económica”, según el diccionario de la Real Academia Española. Un patrimonio puede tener valor histórico, cultural, ambiental (refiriéndose al ambiente urbano) y/o social y, dependiendo de su estado de conservación, ser calificado como “excelente”, “muy bueno”, “bueno”, “regular” y “ruinas”, según nuestra entrevistada, quien también señaló que la mayoría de las viviendas antiguas de nuestra ciudad tienen calificación “regular”, aunque algunas asentadas sobre las calles Palma y Estrella están catalogadas directamente como en “ruinas”.

Sobre las últimas demoliciones hechas sin permiso municipal, Miranda señaló que posiblemente el proyecto de revitalización del casco histórico de Asunción, iniciado con la avenida Costanera, dentro del proyecto de la Franja Costera, estaría provocando una fuerte presión inmobiliaria sobre el microcentro de Asunción, aunque a costa de los inmuebles antiguos, abandonados por sus dueños.

“El precio es un poco alto, porque -por la presión que ejerce el comercio y debido a que en el centro ya no se tienen terrenos disponibles- se están sacrificando viviendas antiguas, que son justamente las que le dan valor a nuestro centro histórico”, apuntó.

También dijo que las demoliciones se hacen de noche, feriados, fines de semana, buscando burlar los controles y las intervenciones municipales. “Esa casa de Yegros y Herrera tuvo muchas intervenciones, muchos llamados de atención y tiene expedientes abiertos desde 2009. El dueño (Ramón Ríos) tiene que consolidar y restaurar la fachada, y todo lo que quedó”, aseveró.

Patio disponible

La arquitecta expresó que muchos de los céntricos inmuebles antiguos tienen superficies internas disponibles. “Detrás de esas fachadas que nosotros vemos hay otra Asunción que no vemos. Yo tuve la oportunidad de entrar en varios de estos inmuebles abandonados y me encontré con la “grata sorpresa” de que mantienen sus jardines (áreas verdes, libres, sin construcción, lo que fueron patios). Otros ostentan fachadas de diferentes épocas con patios en mal estado, abandonados, con yuyales y desperdicios. Incluso me encontré con una propiedad que dentro tiene otras dos casas o una propiedad en cuyo frente se despliega una tira comercial y en el fondo, en medio del patio, tiene una edificación de dos pisos, que se conserva y que en su época habrá sido hermosa. Entonces, ¿por qué demoler si hay lugar para hacer inserción de obras nuevas? Creo que pasa por la capacidad creativa del arquitecto, al tratar de compatibilizar ambas realidades, la contemporánea y la antigua. Puedo decir que sí es posible hacer revitalizaciones y restauraciones con inserción de obra nueva así como modificación de inmuebles de valor patrimonial”, indicó.

Costos y regulación

Consultada si el costo de los impuestos o de la restauración de casas con valor patrimonial sería causa para que sus propietarios prefieran actuar al margen de las leyes, la profesional aclaró: “Cuando la casa está en excelente estado de conservación y fue registrada en la Secretaría Nacional de Cultura, su propietario, cumpliendo un trámite muy breve, accede a lo que establece la Ley 946/82 ‘De protección de los bienes culturales’, que dice que esa propiedad está exenta de todo impuesto municipal. “Nosotros también contamos con la Ordenanza 28/96, donde se establece una reducción impositiva, dependiendo de la calificación que se le dé al inmueble, que puede ser excelente, muy buena, buena, regular y ruinas”, resaltó, para añadir que reciben mayor porcentaje de exoneraciones aquellas casas destinadas a habitación.

“Aquellos programas que propician el vivir en el centro (casas de familia, residencia estudiantil o vivienda para habitación) tienen mayor reducción impositiva que un comercio, porque este a su vez es un gran generador de residuos y las tasas no son reducibles ni exonerables”, aclaró.

Indicó que -según su experiencia- mantener una casa antigua cuesta igual que una refacción, aunque depende mucho del grado de deterioro. “Hay diferentes tipos de intervenciones: restauración (restituir un bien a su estado original), reconstrucción (cuando quedan algunas piezas en pie), reintegración (completar lo que falta), consolidación (con paredes que se están por caer), etc. Puede ser que se necesite una intervención mínima como también podría requerir trabajar sobre toda la edificación. Para hacer una restauración se necesita un equipo de profesionales”, apuntó.

Aclaró que la intervención que se vaya a hacer en una casa antigua se tiene que basar en un lineamiento general, que se aplica en cada caso particular, dependiendo del estado de la edificación. “La casa avisa cuando se va a caer. Si no se toman medidas urgentes, el daño es progresivo y se acelera, más aún con la lluvia, la vegetación o el propio vandalismo”, contó.

“Lo más importante es que el ciudadano tenga conciencia. Asunción tiene varios polos de desarrollo y cada uno tiene una característica particular. Entonces, conservemos el centro de nuestra cuidad, sintámonos orgullosos de ese centro y hagamos bien las cosas, para que se valorice mucho más, y tratemos de compatibilizar las nuevas intervenciones con las ya existentes, porque eso es factible”, concluyó.

Medidas de urgencia

Según la arquitecta Miranda, cuando se toma conocimiento sobre una demolición clandestina, se aplica la Ordenanza 28/96, que en su capítulo de “Régimen de Sanciones y Medidas Correctivas” establece los “castigos”, dependiendo del grado de la falta, que puede ser leve, grave o gravísima, por lo que contempla apercibimiento (se labra acta de intervención, se exige presentación de planos, etc.), luego multas, suspensión en el uso de la firma profesional, suspensión de la obra, revocación de licencia y revocación de beneficios. También se llega a la necesidad de implementar medidas de urgencia. “La medida de urgencia es para evitar o revertir circunstancias susceptibles de causar peligro de vida o inminente daño ambiental”, refirió.

Dijo que una medida de urgencia la dicta el intendente, a través de una resolución, apercibiendo al propietario e intimándole a consolidar el edificio, para que no termine de caerse, y luego a restaurarlo.

“Multas absurdas”

*“Las multas son absurdas y las sanciones no solo deben estar en los papeles”, dijo la arquitecta Miranda.

* Lo que no se puede demoler son las partes originales. Lo que sí se permite, dentro de una casa de valor patrimonial, son las ampliaciones, añadió.

*“Los grupos y las redes sociales nos ayudan a tener cierto control sobre la integridad de los patrimonios, aunque algunas veces llegamos tarde (para intervenir)”, expresó.
* Un domingo de diciembre de 2012, en Asunción, amanecieron carteles frente a fachadas antiguas, con frases como “protegeme”, “disfrutame”, “valorame”, “resguardame”, como una pintoresca forma de concienciar y exigir que los viejos edificios sean protegidos.

cruiz@abc.com.py

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