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Ricardo Zárate y Urbi Vargas concesionarios del comedor de la institución expulsaron del recinto a los empleados de la empresa que provee el almuerzo escolar. El origen del conflicto sería que la nueva cooperadora de padres no quiere reconocer las mejoras que se hicieron, que van desde pintura, instalación de aires acondicionados y limpieza, como parte del canon de pago de usufructo del comedor.
Urbi Vargas y varios alumnos señalaron que le quieren rescindir el contrato. “Antes de que ellos vinieran el comedor era un chiquero y entraba cualquiera”, dijo una menor en defensa de la cantinera.
Por su parte, Patricia Jara, evaluadora de la institución, explicó que desde abril reciben el almuerzo escolar 494 niños y que por el impasse entre la cooperadora y los concesionarios los chicos no utilizaban el comedor, pero que a partir del lunes empezaron a usarlo.
La concesionaria alimenta a unos 40 estudiantes y quiere que los que proveen el almuerzo escolar sirvan a los alumnos fuera del comedor y que solo ingresen al salón para comer sus alimentos.