Con la sencillez de los grandes sabios

Al recibirnos para la entrevista en el jardín del Crown Plaza Hotel, me ayudó a pronunciar bien su apellido para comenzar la conversación. Luego tomó la cámara del reportero y con la correa mostró cómo es la proteína del ADN o el genoma humano, que linealmente tiene 1,8 metros, dijo.

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Así transcurrió la media hora pautada para la charla, con la traducción del doctor Luis Barriocanal.

Una complicada disciplina que sintetiza los conocimientos más elevados de la física, las matemáticas y la tecnología aplicadas a la biología es la que desarrolla el Dr. Wüthrich en sus investigaciones posgenómicas, más allá del genoma humano.

Para ello se vale del sistema de la espectroscopía por resonancia magnética nuclear (RMN), que permite llegar a la estructura tridimensional de los priones (las proteínas más pequeñas del ser humano) en estado activo, sin necesidad de cristalizarlas como lo exigía el sistema tradicional.

Wüthrich es el séptimo premio nobel que visita nuestro país invitado por la Universidad del Norte. Lo caracterizan la sencillez y la humildad de todos los sabios y ha podido transmitir sus conocimientos con suma eficacia a quienes lo escuchaban y no entendían nada de su especialidad.

Nació en Suiza, donde dijo haber desarrollado su primera profesión, la práctica de los deportes, lo que debe servir a los jóvenes para inspirarse y buscar metas más elevadas, como las que lo llevaron al premio nobel.

Actualmente es profesor de Biología Estructural en el Instituto de Investigación Sripps, de la Jolla, California, Estados Unidos, y profesor de Biofísica en ETH (Escuela Superior Técnica Federal), Hoggenberg de Zúrich, Suiza.
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