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Según los últimos balances financieros del 31 de diciembre de 2014, la deuda total de la Municipalidad de Asunción era de unos G. 407.000 millones. De esa cifra, G. 155.000 millones correspondían a pasivo corriente, es decir, deudas que se debían honrar durante este período 2015. Luego está el pasivo no corriente, es decir, con compromiso de pago a partir de 2016, cuyo monto es de G. 252.000 millones.
En julio pasado la Intendencia solicitó y la Junta Municipal aprobó la obtención de un crédito por G. 9.320 millones. El miércoles pasado, autorizó al Ejecutivo Municipal que asuma otro préstamo, esta vez por G. 47.100 millones.
Estos créditos, sumados al pasivo no corriente, o sea a la deuda que se debe pagar a partir del año entrante, llevan a la Comuna a acumular una deuda de G. 308.420 millones. Los créditos se solicitaron a fin de “financiar el déficit temporal de caja, derivado de las bajas recaudaciones observadas en los meses de mayo y junio”, según el dictamen de la Comisión de Hacienda y Presupuesto de la Junta.
De acuerdo a datos proveidos por los concejales municipales Rafael Villarejo y Gustavo Lird, ambos del Partido Patria Querida, en los primeros 8 meses del año, la Municipalidad ya destinó al rubro 100 “Servicios personales” alrededor de G. 240.000 millones. Asimismo, en concepto de intereses por dinero prestado, la institución municipal ya gastó en estos 8 meses del año G. 6.179 millones.
“Mientras la Municipalidad se ahoga en deudas, existen licitaciones por valor de G. 1.000 millones en pasajes aéreos para viajes futuros”, contó el edil Villarejo. Añadió que la improvisación de los viajes provoca que la Comuna deba adquirir los tickets de avión en algunos casos, a solo una semana de la fecha de vuelo, por lo que los costos de pasajes resultan muy elevados.
Precisamente el miércoles pasado, la concejala Myriam Ferreira solicitó, vía minuta verbal, la inclusión de dos dictámenes de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Junta Municipal, sobre los viajes del concejal y presidente de la corporación legislativa municipal, Hugo Ramírez a Nueva York; y el del defensor municipal Tomás Fretes, a Montevideo, Uruguay.