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Pese a los reclamos ante los funcionarios de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap) ningún operario acudió a solucionar la obstrucción en la tubería de alcantarillado sanitario.
En la oficina de prensa de la empresa del Estado, explicaron ayer a la mañana “que el taponamiento es interno, en la tubería instalada dentro del patio del sanatorio, y aunque no les corresponda irían a chequear el problema”.
Los peatones están pisando el charco que proviene del baño del sanatorio, para no bajar a la calzada de la avenida por donde circulan a gran velocidad los automovilistas.
Los directivos del centro médico, donde la gente acude para solucionar su problema de salud, tampoco solucionaron la pérdida de la cloaca en la vereda. Dejaron que la gente circule por una zona contaminada con efluentes cloacales.
Ni siquiera los funcionarios de la Dirección de Medioambiente, Salubridad, u otras dependencias de la Comuna, que deben controlar los vertidos de aguas residuales en la vía pública, tomaron cartas en el asunto.
10.000 funcionarios, pero ninguno ve nada
La Comuna posee cerca de 10.000 funcionarios, pero no cuenta con un sistema de trabajo o de aviso para que los funcionarios, concejales o los contribuyentes alerten sobre las trasgresiones constantes de sus ordenanzas que de seguro observan al circular por la caótica ciudad.
El caso del vertido de aguas residuales a la vía pública, que hacen de forma deliberada algunos propietarios de inmuebles, y las pérdidas por obstrucción son una constante en la capital.
Estos desechos, además de exponer a los ciudadanos al contagio de enfermedades, provocan el deterioro rápido de la capa asfáltica.