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Esteban Álvarez, secretario de actas, y Rafael Martínez, secretario de organización, apoyan la idea. Ambos están crucificados junto a otros tres obreros en una carpa frente al ministerio, en Herrera y Paraguarí. Allí, otros dos choferes tienen los labios atravesados con clavos.
Aclararon que tomar la decisión en asamblea, para negociar para la reposición de los despedidos.
Diálogo de sordos
Álvarez y Martínez, así como los demás crucificados, dijeron que no quieren caer en la trampa del diálogo de sordos del ministro.
Es decir, no quieren sufrir la misma peripecia de choferes de Panchito López, Línea 29. Esa empresa despidió a miembros de la comisión directiva del gremio que se formó en julio de 2014. El sindicato fue legalizado por el ministerio casi un año después, los obreros fueron a la huelga y los despedidos readmitidos por la empresa.
Posición del ministro
El ministro Sosa dijo ayer que el planteamiento de los choferes de la Línea 49, de condicionar la legalización del sindicato para negociar otra vez en una tripartita, no puede ser admitida. Ello, porque el reconocimiento de un gremio no pasa por su predisposición personal, ya que debe acatar el Código Laboral en caso de formación de sindicatos.
No obstante, Sosa reconoció que podría haber dilación en el reconocimiento de un gremio, pero por burocracia y no porque tenga un afán de frustrar la organización de trabajadores.