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En su cima, la "vidente" María Livia Galliano, una ama de casa, es la que "reparte la gracia" de Jesús que viene a través de la Virgen. ¿Farsa o sugestión? Lo cierto es que cada sábado, la mítica elevación ya es el sitio obligado de los peregrinos que creen que allí Dios actúa.Subir a las alturas de los cerros para admirar la creación o simplemente rezar fue siempre un deseo de los creyentes a través de la historia. Los textos bíblicos relatan que los profetas se retiraban a las elevaciones "para estar más cerca de Dios", y ni qué decir Jesús, quien experimentó grandes acontecimientos en esas cimas.
La creencia de que los fenómenos sobrenaturales se suceden en las alturas sigue vigente hoy, y uno de sus ejemplos es la historia que creen miles de peregrinos en la Argentina, donde quienes van con fe al Cerro de las Apariciones de Salta están convencidos de que allí abundan bendiciones que provienen de Jesús, a través de María, cuyos mensajes son dados a conocer a través de la vidente.
La vida de esta mujer entregada a la Virgen María ha ganado una gran popularidad. Los medios escritos así como televisivos del vecino país han dado gran destaque a la que llaman apóstol de María, que predica y hace presente en el mundo contemporáneo el mensaje de Dios, que es el de siempre, el de volver a su amor misericordioso.
Tan grande es su popularidad que hasta la jerarquía de la arquidiócesis de Salta tuvo que emitir una carta pastoral para aclarar la postura de la Iglesia sobre un fenómeno que debe encuadrarse a sus normas, de lo contrario sería una desviación de la fe.
El fenómeno del Cerro de las Apariciones se centra sobre dos personas: en la vidente María Livia y en la Virgen María, que supuestamente se apareció a la ama de casa, para que esta haga saber al mundo el mensaje de su Hijo Jesús.
Según su relato, a comienzos de la década del 90, escucha una voz sobrenatural, que inmediatamente produjo un cambio en su corazón. Es la voz de María, de acuerdo a su testimonio, que le pide que edifique una ermita en una de las cimas de los tres cerritos que bordean Salta. A partir de esta supuesta aparición se sucedieron otros encuentros y se insistía en volver a Dios, amar de nuevo al prójimo y a no desatender la participación en la eucaristía.
Cuando María Livia dio a conocer su mensaje, en los primeros que caló fue en los propietarios de la cima del cerro, quienes no dudaron en ofrecer el inmueble para que allí funcionara un centro de peregrinación.
La fama de la vidente se extendió por toda Salta. Y fueron varios los testimonios de sanación espiritual y de salud que contaban quienes experimentaban la imposición de sus manos. En la cima del Cerro de las Apariciones se experimenta una gran tranquilidad. Allí no se practica el comercio.
Prohíben la romería
Está totalmente prohibido donar dinero, vender objetos o realizar otras actividades lucrativas, que en santuarios y templos católicos es común y hasta algunas veces hasta es exagerado, cuando grupos utilizan hasta el interior del templo para comerciar y promocionar sus productos.
El único requisito para estar en este lugar de oración es la predisposición de ponerse en presencia del Señor, según explicaron.
Los servidores son quienes se encargan del orden y ponen a disposición todos los servicios básicos para que la estadía sea agradable. Ningún detalle pasa desapercibido.
La creencia de que los fenómenos sobrenaturales se suceden en las alturas sigue vigente hoy, y uno de sus ejemplos es la historia que creen miles de peregrinos en la Argentina, donde quienes van con fe al Cerro de las Apariciones de Salta están convencidos de que allí abundan bendiciones que provienen de Jesús, a través de María, cuyos mensajes son dados a conocer a través de la vidente.
La vida de esta mujer entregada a la Virgen María ha ganado una gran popularidad. Los medios escritos así como televisivos del vecino país han dado gran destaque a la que llaman apóstol de María, que predica y hace presente en el mundo contemporáneo el mensaje de Dios, que es el de siempre, el de volver a su amor misericordioso.
Tan grande es su popularidad que hasta la jerarquía de la arquidiócesis de Salta tuvo que emitir una carta pastoral para aclarar la postura de la Iglesia sobre un fenómeno que debe encuadrarse a sus normas, de lo contrario sería una desviación de la fe.
El fenómeno del Cerro de las Apariciones se centra sobre dos personas: en la vidente María Livia y en la Virgen María, que supuestamente se apareció a la ama de casa, para que esta haga saber al mundo el mensaje de su Hijo Jesús.
Según su relato, a comienzos de la década del 90, escucha una voz sobrenatural, que inmediatamente produjo un cambio en su corazón. Es la voz de María, de acuerdo a su testimonio, que le pide que edifique una ermita en una de las cimas de los tres cerritos que bordean Salta. A partir de esta supuesta aparición se sucedieron otros encuentros y se insistía en volver a Dios, amar de nuevo al prójimo y a no desatender la participación en la eucaristía.
Cuando María Livia dio a conocer su mensaje, en los primeros que caló fue en los propietarios de la cima del cerro, quienes no dudaron en ofrecer el inmueble para que allí funcionara un centro de peregrinación.
La fama de la vidente se extendió por toda Salta. Y fueron varios los testimonios de sanación espiritual y de salud que contaban quienes experimentaban la imposición de sus manos. En la cima del Cerro de las Apariciones se experimenta una gran tranquilidad. Allí no se practica el comercio.
Prohíben la romería
Está totalmente prohibido donar dinero, vender objetos o realizar otras actividades lucrativas, que en santuarios y templos católicos es común y hasta algunas veces hasta es exagerado, cuando grupos utilizan hasta el interior del templo para comerciar y promocionar sus productos.
El único requisito para estar en este lugar de oración es la predisposición de ponerse en presencia del Señor, según explicaron.
Los servidores son quienes se encargan del orden y ponen a disposición todos los servicios básicos para que la estadía sea agradable. Ningún detalle pasa desapercibido.