Centro Día para enfermos mentales, un ejemplo a replicar en todo el país

La mayoría de las personas que han sufrido algún tipo de trastorno mental o crisis emocional sufre de confusión y desesperanza con serias limitaciones en sus desempeño familiar, social y laboral. Y muchas de estas personas son capaces de recuperarse con un buen tratamiento y de reincorporarse a su comunidad y a sus actividades diarias. Para lograrlo, varios de ellos necesitan un acompañamiento terapéutico que les ayude a entrenarse en las habilidades básicas necesarias para su rehabilitación. Esto se ofrece en el El Puente, único centro de rehabilitación psicosocial del país.

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El Puente, más conocido como Centro Día, es el único en su serie, dependiente del Hospital Neurosiquiátrico y el Servicio Voluntario Menonita, donde se recibe hasta a 20 personas con diferentes trastornos mentales, que no necesitan internación sino un acompañamiento terapéutico diario y asesoramiento familiar y laboral.
Los enfermos realizan en el lugar diferentes actividades manuales y creativas en talleres que les ayudan a mejorar la organización de su vida diaria. Reciben, asimismo, orientaciones educativas los familiares de los enfermos para lograr un mejor manejo del proceso del participante del centro. Además, sicoterapia individual, grupal y apoyo a los familiares de los pacientes.

El programa de servicio gratuito es llevado adelante por profesionales de la salud mental especializados en el área de rehabilitación psicosocial, terapia ocupacional, trabajo social, sicólogo clínico y siquiatra. La atención es de lunes a viernes, de 07:30 a 12:00, y la dirección es Sargento Gauto y Santa Rosa (con teléfono 290 101, int. 106).

"El Puente es un medio que facilita a un enfermo siquiátrico su vuelta a la comunidad. Es un lugar que depende del Hospital Neurosiquiátrico y del Centro Voluntario Menonita", explica la responsable de la institución, Eva Insfrán.

Agrega que, por lo general, los pacientes que ya tienen unos cuantos años de enfermedad desarrollan un estilo de vida muy diferente al de una persona activa. Suelen dormir hasta tarde, no salen de la casa, no socializan y se aislan cada vez más de la sociedad.

Desde el momento en que vienen al centro, se normalizan muchas de estas actividades cotidianas. Se levantan temprano, porque tienen que estar en el centro para las 08:00, toman el colectivo solos, se independizan de sus familias, se asean para venir al centro, se insertan en un grupo, hacen amigos, comparten con personas que pasan por situaciones similares y tratan de enfocar su atención en tareas concretas.

Según Insfrán, hay pacientes que quedan meses; otros, años, y luego ya se insertan a otras actividades.

Añade que, básicamente, los pacientes pasan la mayor parte del tiempo dentro de un taller de manualidades donde hacen tareas, como pintura sobre telas, bordados, trabajo de macramé, tejidos de alfombras. Como no pagan nada por el servicio que reciben, ingresan en la institución por prescripción médica.

La institución solventa la compra de materiales y otros enseres para el trabajo de la venta en ferias de las manualidades hechas por los enfermos.

El Servicio Voluntario desde hace 50 años fue asistencialista. Se encargaba de proveer de comida, ropa, comida, pero desde hace 20 años, aproximadamente, se dedican al tema de rehabilitación a través de talleres para promover la reinserción familiar y social, según Eva Insfrán.


TALLER PROTEGIDO CON LOS INTERNOS DEL HOSPITAL

Insfrán resaltó que los integrantes del Servicio Voluntario Menonita también llevan adelante un programa de taller protegido con los internados en el Hospital Neurosiquiátrico.

Son 60 enfermos en total y no se mezclan con los pacientes del Centro Día.

Por lo general, los que acuden al taller son pacientes crónicos que no tienen oportunidad de regresar con sus familias, por lo que se les ofrece la actividad para estructurar sus vidas y para que tengan un grupo de pertenencia.

Y pasan todo el día en los talleres de carpintería, huerta. Además de trabajo, hacen recreación para darles una vida lo más normal posible.


CENTRO DIA

Hay una clara diferencia entre los dos programas que lleva adelante el Centro Voluntario Mennonita con los enfermos internados en el hospital y los que asisten al Centro Día, porque en el primer caso no se trabaja con sus familiares, y en el segundo caso, la responsabilidad asumen los padres o encargados.

"La rehabilitación de los pacientes es un proceso que debe tener como meta volver con sus familias, solo eso les puede motivar a los enfermos en la recuperación. Para eso, se necesita la habilitación de redes comunitarias en el interior que permitan que un enfermo sea atendido en su comunidad. El Ministerio de Salud debe invertir en una red en el interior; en caso contrario, el trabajo de reinserción familiar o comunitaria se torna casi imposible", resalta.

Según Eva, más de 50 pacientes por año pasan por el Centro Día, donde se trata de simular un horario laboral; la medicación deben pagar las familias, y muchas no pueden.

Añade que lo ideal es equipar el servicio de salud mental en los hospitales regionales de todo el país, con personal calificado (sicólogo, siquiatra, trabajadora social), contar con medicamentos gratuitos para contener al paciente en su comunidad con la ayuda que él necesita. "Solo así se evitará que tantos enfermos sean abandonados en el Neurosiquiátrico, provenientes de todo el país, como exige el compromiso firmado por el Estado paraguayo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, en febrero de este año", concluyo Eva Insfrán, responsable del Centro Voluntario Menonita del Centro Día.

Próxima nota: Reingeniería del Hospital Neurosiquiátrico no está presupuestada

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