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Al visitar el CRIT de Paraguarí encontramos a varias familias con sus pequeños en brazos y otras observando jugar a sus hijos y con la experiencia algunos de ver a sus niños ir progresando, mejorando en su salud, gracias al carisma de amor, empeño y asistencia integral que brindan en el lugar.
Ayer el CRIT de Paraguarí cumplió un año de su habilitación, brindando servicios a niños, niñas y jóvenes de 0 a 18 años con discapacidad neuromusculoesquelética, a través de distintas especialidades médicas y terapéuticas, como fisioterapia, psicología clínica, medicina familiar, inclusión educativa, psicología social comunitaria, estimulación temprana, sensorial, fonoaudiología y el área de acompañamiento familiar, explicó la Lic. Servín.
Hasta el momento se consiguió que, de los 178 pacientes, un total de 85 niños fueran escolarizados y estudian en el marco de la inclusión educativa. Esos niños tienen acompañamiento de la trabajadora social, que evalúa el avance y el acompañamiento que dan también los padres a sus hijos, resaltó la Lic. Servín.
Una de las historias conmovedoras es la comentada por Catalina Vera de Ramírez, oriunda de Itá. Es bisabuela de María del Rosario Fernández Vega (7), quien dos veces al mes va al CRIT de Paraguarí para la fisioterapia. Dijo que su nieta Lourdes Marlene Fernández abandonó a su hija con discapacidad para caminar bajo el cuidado de su bisabuela con la excusa de que trabajaría en España. Nunca más se comunicó con su hija, niña que se ganó el cariño de los vecinos, quienes la ayudan con pañales y alimentos, mientras el CRIT de Paraguarí solventa gastos de traslado hasta la institución.
Entre lágrimas, Catalina dijo que en principio su bisnieta no caminaba y que ahora, gracias a la asistencia de fisioterapia en CRIT de Paraguarí, comienza a dar sus primeros pasos. “Mi deseo antes de morir fue verla caminar y, gracias a Dios y a la buena predisposición de los profesionales de esta institución, ahora dicho sueño se está concretando; falta mejorar un poco, pero, como ella tuvo 10 intervenciones quirúrgicas, va a superarse y está saliendo adelante”, comentó Catalina.
Don Edilberto Villagra accedió a comentarnos también que su hija, a quien llama mi “reina”, hoy puede al menos sentarse con la asistencia que viene recibiendo por parte de los profesionales del CRIT de Paraguarí. La niña antes se mantenía acostada, como si no tuviera huesos. Ahora, con asistencia integral, se recupera paso a paso. “Tengo la esperanza de verla algún día caminar”, afirma Edilberto.