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Misas, confesiones y rezo del rosario preparan los Hermanos Capuchinos para honrar a San Pío de Pietrelcina. (Ver infografía).
El santo capuchino de los estigmas y más conocido como “Padre Pío” nació en Forgione (Italia) el 25 de mayo de 1887, falleció el 23 de septiembre de 1968 y fue canonizado por San Juan Pablo II el 16 de junio del 2002.
Es un santo muy apreciado en toda la Iglesia, pues en él se ve su entrega tan generosa al Señor, a su ministerio sacerdotal a través de las confesiones y su profunda unión con la pasión de Jesucristo, que la vivía intensamente en su propia carne a través de los santos estigmas.
Según los capuchinos de nuestro país, hoy el Padre Pío sigue siendo alguien que despierta en los fieles un atractivo singular, mueve multitudes. Son tantas las personas que acuden a su intercesión y tantas también las que cuentan haber alcanzado la gracia que tanto necesitaban.
Modelo de cristiano
Lo consideran un modelo de cristiano que vive su fe a través de los sacramentos, una vida apasionada e intensamente orante, pero, sobre todo, una vida confiada en la acción salvífica de Dios, quien interviene en la historia para el bien de todos los hombres. Una frase muy conocida de él y que resume lo antes expuesto es: “Ora, ten fe y no te preocupes”.
Otro aspecto que llama la atención en la vida de Padre Pío –según los capuchinos– es que tenía dones extraordinarios. Además de llevar impresos en su cuerpo los estigmas, también tenía el don del discernimiento extraordinario que le permitía leer los corazones y las conciencias de quienes a él recurrían, también el don de la bilocación… sin embargo, permanecía humilde y sencillo. Se refería a sí mismo como diciendo “solo quiero ser un fraile que reza”. Y de hecho, pasó su vida en el confesionario, escuchando a miles de fieles que confesaban sus pecados.
Buscó ayudar a todos los sufrientes, especialmente a los enfermos, para quienes creó el hospital “Alivio del sufrimiento”.
30 años en Paraguay
Los Hermanos Franciscanos Capuchinos cumplen 30 años de presencia en Paraguay. Desde su llegada han constituido varios conventos desde donde trabajan en la evangelización del pueblo creyente. Sus religiosos son predicadores por excelencia y en cada misa convoca a centenares de fieles. En abril de este año, tuvieron la grata visita de la reliquia de San Pío, que recorrió templos y catedral, donde se celebraron multitudinarias misas.