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El hogar, donde residen unas 20 mujeres embarazadas que acaban de dar a luz -varias de ellas menores-, funciona en una casa alquilada ubicada sobre McArthur 444 casi Dr. Hassler, en uno de los costados del estadio del Club Deportivo Recoleta.
Según Páez, el albergue es la respuesta a la constante crítica que hacemos al aborto, pero que a la hora de la verdad no ofrecemos una solución que responda a los principios de nuestra creencia cristiana.
El trato con las internas refleja que estas mujeres fueron abandonadas por sus familiares, que llamativamente son los principales propulsores de la interrupción de los embarazos bajo el argumento de que la pobreza impide a una madre soltera mantener un hijo.
Para el religioso, la mayoría de las mujeres que residen en la Casa Rosa María son personas que fueron engañadas por los varones, otras en cambio fueron violentadas, y al no ser comprendidas se acercaron a sacerdotes y religiosas para salvar a sus hijos.
El hogar no solo brinda techo a las mujeres, sino presta asistencia sicológica y ginecológica para que los partos se realicen sin ningún inconveniente. También cuenta con una asesoría jurídica para reclamar la paternidad a los varones, y para los casos de abusos, exigir el castigo a los autores.
De acuerdo a la estadística que nos proporcionaron, 56 bebés ya nacieron bajo la asistencia de la Casa que lleva el nombre de una adolescente que murieron de leucemia, pero que en vida fue muy generosa con el semejante.
Pero no solamente asistencia médica y sicológica se presta, también se busca la promoción de las mujeres. Para eso se les enseña bordado, corte y confección, cocina y otras manualidades para defenderse en la vida cotidiana. También se les solventan sus estudios. Nos comentaron que uno de ellos terminó el bachillerato y hoy estudia por su cuenta enfermería.
La parroquia habilitó también la Fundación Santa Mónica, donde están aquellas mujeres que ya no son recibidas por sus familiares.
Por su parte, Oscar Avila, laico de la parroquia, explicó que la asistencia a estas mujeres se realiza en base a un programa que, además del cuidado prenatal, incluye el acompañamiento después del nacimiento, para que la mujer lleve una vida sana al igual que su bebé.
La Casa Rosa María tiene varias piezas; en una de las paredes se puede apreciar la figura del pie de la madre y de su hijo. Totalizan 60 pares que han pasado por el hogar. Cuenta también con un álbum de fotografías en el que se coleccionan las fotos de los cumpleaños y de un matrimonio que nació gracias al acercamiento del varón. Hoy esta familia es el orgullo del albergue, que según el padre Páez y el laico Avila es la satisfacción que reciben para seguir luchando por el valor de la vida.
Esta entidad realizará el martes un té, a partir de las 17:00, para recaudar fondos. Los interesados en colaborar pueden llamar al teléfono 601501. También se puede contactar con los responsables a través del correo-e: psocial@pla.net.py.